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CRITICA
Por: PACO CASADO
La fiebre de los Pokémon Go que se desató en 2016, tras el lanzamiento del videojuego de Nintendo en nuestro país, y suponemos que en el mundo entero, ya pasó mientras que la afición a esos muñecos se ha mantenido a través de las cuatro películas de las 22 realizadas hasta ahora que se exhibieron en España: Pokémon (1999), Pokémon 2. El poder de Uno (2000), Pokémon 3 (2001), Pokémon: Te elijo a tí! (2017) y ahora nos llega esta cuarta 'Pokémon Detective Pikachu' (2019).
Los célebres Pokémon, personajes protagonistas de las infancia de varias generaciones, a través de los juegos de Game Boy, cobran vida en la pantalla una vez más en una nueva aventura, en esta ocasión de acción real, en la que el detective Pikachu, amnésico y parlanchín, ayudará al joven Tim a encontrar a su padre, y entre ellos se establece una buena amistad.
Ryan Reynolds pone la voz y captura de movimientos a Pikachu, en la versión original, en la que les acompaña una larga lista de entrañables personajes Pokémon con habilidades personales de lo más diversas.
Cuando el detective Harry Goodman desaparece de forma misteriosa tras un accidente de coche, su hijo de 21 años, Tim, intenta saber qué ha pasado y trata de encontrarlo, si está vivo.
A esta improvisada investigación se suma el compañero Pokémon de su padre, el Detective Pikachu, una simpática criatura de color amarillo y con un ácido sentido del humor, para ayudarle.
Así ambos unen sus fuerzas en esta aventura para resolver el extraño misterio.
Recopilan pistas juntos a través de las calles de una futurista y luminosa Ryme City, una moderna metrópolis, donde humanos y Pokémons viven en paz y armonía compartiendo un mundo hiperrealista y descubrirán un asombroso complot que podría destruir esta convivencia pacífica y amenazar de esta manera el universo Pokémon.
Los que en su día siguieron las aventuras de estos personajes en la televisión, seguro que acudirán a ver esta nueva producción de sus héroes favoritos de la niñez.
El mundo Pokémon es sorprendente y no deja de expandirse como hemos comprobado en los últimos años a través de las tres entregas anteriores.
Este film va un poco más allá de los primeros videojuegos que comenzaron en 1996 y recoge bien el mundo creado por Satoshi Tajiri, pero el guion se enreda en demasiadas aventuras prolongando en exceso el metraje.
El director Rob Letterman que hace con éste su quinto largometraje, ya había realizado otras cintas infantiles como El espantatiburones (2004) y Los viajes de Gulliver (2010) y serán los niños los que más disfruten con ésta.
La trama arranca en una ciudad donde viven y trabajan juntos humanos y Pokémons.
La dificultad de afrontar un mundo un tanto desconocido y sus reglas sorprende desde el minuto uno.
Pikachu es la principal estrella de esta franquicia que está basada en el videojuego homónimo pero la película brilla con una identidad propia, apelando a la nostalgia y a la complicidad de los seguidores de la saga, cargada de guiños.
Materializa el mundo con el que soñaron todos los que crecieron con estos videojuegos o en la serie de televisión y uno de los atractivos es ver desfilar por la pantalla a todos sus Pokémon favoritos.
Un extenso guion con algunas gotas de humor, con mucha acción.
El film resulta más próximo cuando se vuelve más sencillo con las monerías y la comicidad de Pikachu que cuando se inunda de efectos especiales que a veces parece uno de catástrofes o de superhéroes en lucha contra los monstruos.
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