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CRITICA
Por: PACO CASADO
Orson Welles vuelve con 'Mr. Arkadin' (1955) a los caminos de Ciudadano Kane (1941), pero aquí el magnate no tiene nada que ver con los medios de comunicación.
Un aventurero norteamericano investiga el pasado del misterioso Gregory Arkadin, poniéndose por ello en grave peligro.
Mister Arkadin es, en realidad, un mito del que apenas se sabe nada, simplemente que es un esquivo multimillonario.
Dueño de un imperio industrial y financiero, vive con su hija Raina encerrado en su gran mansión de la Costa Azul.
Un buen día de pronto aparece Guy Van Stratten, un aventurero norteamericano, cazador de fortunas, de mala reputación, del que Raina se enamora perdidamente.
Para acabar con esa relación, Arkadin lo contrata para una misión que lo mantendrá alejado de Raina: reconstruir su oscura y turbia historia anterior al año 1927, lo que le llevará a un vertiginoso descenso a un paisaje europeo de la guerra fría.
Pero mientras éste recorre el mundo metódicamente para recomponer el complicado rompecabezas que es en definitiva la vida de Arkadin, las personas con las que contacta para investigar, terminan todas muertas.
Es un melodrama, lo que para Orson Welles representa la tragedia.
En un momento determinado de la narración cuenta la fábula, atribuida a Esopo, de la rana y el escorpión, como representación de los problemas de los personajes para enfrentarse a ellos y poder resolverlos.
"En mi tradición cultural la tragedia no puede huir del melodrama", decía en su momento.
Y en alas del melodrama, con una línea policiaca, surge Mr. Arkadin: un hombre de secreto y oculto pasado, que quiere olvidar, sin renegar de él y menos arrepentirse de haberlo vivido.
Porque eso sería renunciar a sí mismo, a esa contradicción humana, que Orson Welles siente como un auténtico fenómeno de la naturaleza.
Fue filmada durante ocho meses entre España, Francia, Alemania e Italia, donde Orson Welles buscó crear su mundo, que ya era universal, más que encontrar el nuestro.
Pero ese mundo es más que nada la emanación del personaje, como éste consecuencia de aquel.
Orson Welles hizo modificaciones en el montaje y en ciertos países se vieron versiones algo distintas ya que existen por lo menos cinco de ellas.
Por ejemplo, había en el reparto dos personajes que interpretaban Katina Paxinou y Suzanne Flon, que en la que se exhibió en España incorporaban nuestras actrices Irene López Heredia y Amparo Rivelles.
Esta película estuvo en la lista de las diez nominadas del año por Cahiers du Cinema ocupando el cuarto lugar.
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