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CRITICA
Por: PACO CASADO
El director irlandés Neil Jordan comenzó haciendo películas muy interesantes como fueron algunos de sus primeros títulos, tales Mona Lisa (1986) o Nunca fuimos ángeles (1989), y posteriormente hizo varios otros menores, pero últimamente estaba más dedicado a la televisión y ahora ha vuelto con este thriller en el que cuenta esta interesante historia de carácter policiaco, que no de terror como algunos medios han apuntado, o incluso deja entrever el trailer.
Frances McCullen es una joven dulce e ingenua que, tras la muerte de su madre hace un año, se acaba de mudar a Manhattan compartiendo apartamento con Erica Penn.
Ella trabaja de camarera en un restaurante de lujo.
Cuando un día encuentra un bolso abandonado en un vagón del metro, decide entregárselo a su legítima dueña, en contra de la opinión de su amiga Erica.
Ésta no es otra que Greta Hideg, una profesora de piano, viuda, que vive sola en Nueva York, con una gran necesidad de compañía, ya que echa de menos a su marido, que fue quien le enseñó a tocarlo, y a su hija que se encuentra estudiando en el conservatorio de París.
La necesidad de contacto humano se convierte para Greta en una obsesión.
Rápidamente se hacen amigas, ya que encuentra en Frances una buena compañía para pasar las tardes y salir de compras.
Pero su amistad cambia cuando Frances descubre que las verdaderas intenciones de Greta no son lo que en un principio parecían, cuando descubre ciertas cosas, teniendo que admitir que Erica tenía razón.
La premiada y estupenda actriz francesa Isabelle Huppert vuelve a interpretar uno de sus géneros favoritos, tras protagonizar Elle (2016), de Paul Verhoeven, por cuyo trabajo consiguió una nominación al Oscar a la mejor actriz de reparto.
En 'La viuda' (2018) dirigida por el cineasta Neil Jordan da vida a Greta, esa viuda necesitada de compañía que es la protagonista de este thriller psicológico.
Varios años llevaba sin trabajar el director de Entrevista con el vampiro (1994) y ahora vuelve con esta seria película, con una buena idea de base, con una realización sencilla, que no se recrea en lo morboso que suele dejar fuera de campo, con algunos giros sorprendentes.
Tiene una atmósfera envolvente, a veces asfixiante, a lo que ayuda la música de Chopin y el rostro imperturbable de Isabelle Huppert, en este film policiaco, con un suspense de libro, con sus dos protagonistas y con algunos subrayados argumentales, que dan una oportunidad para reflexionar sobre un tema que solo se apunta, como es la soledad en la sociedad actual en las grandes ciudades de las personas mayores que se toca pero muy de pasada.
Un thriller con las mujeres como protagonistas, que están muy bien, tanto Isabel Huppert como la joven norteamericana Chloë Grace Moretz que le da una buena respuesta a la veterana actriz que mantienen bien el interés hasta el final.
Aparece también el protagonista de Juego de lágrimas (1992), por la que el director ganó el Oscar, Stephen Rea, su actor fetiche, en un papel secundario pero importante de un detective privado.
Premio de los críticos a la mejor cinta irlandesa en el Festival de cine de Dublín.
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