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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las recientes estadísticas denotan que al español medio no le interesa nuestro cine, y la verdad es que a la vista de productos como éste no es de extrañar semejante actitud.
Pero sin embargo esta teoría se da de bruces con el hecho de haber obtenido el premio del público en el último Festival de Cine español de Málaga.
Esta película es el debut en la dirección de Álvaro Díaz Lorenzo, también guionista del film y sobrino de Agustín Díaz Yanes quien al parecer recomendó el guion a los productores para llevarlo a cabo.
Ciertamente no dice mucho en favor de un prestigiado guionista como Díaz Yanes, ya que es de lo peor que hemos visto en mucho tiempo.
Trata de imitar a las comedias juveniles americanas, pero en este caso los protagonistas ya no son universitarios, sino treintañeros que no hacen más que pensar en el sexo opuesto, con diálogos soeces y desvergonzados en todo momento.
Es la historia de cuatro amigos, Javi, Hugo, Dani y Pedro, que están constantemente pensando en sus relaciones con las mujeres que suelen reunirse regularmente en un café para contarse sus ligues algo con lo que están obsesionados.
Javi tiene un bar donde trabaja Hugo quien vive con su tía, que siempre piensa lo peor de su nieto y de que con Franco se vivía mejor.
Pedro está deprimido porque le ha dejado Ana, su novia, por su jefe.
Dani es feliz con su novia, Sonia y se piensa casar pronto.
Los demás no quieren más que hacer el amor constantemente.
Javi es el ligón del grupo y se enamora de Alma y Hugo de Bea, una empleada de la grúa municipal.
Todo ello está muy mal contado y de manera muy confusa, como propio de un debutante.
Un reparto compuesto por actores provenientes de series de televisión con el respaldo de Lucía Jiménez y Terele Pávez, esta última bastante pasada de rosca.
Una penosa comedia gamberra, zafia y aburrida.
Premio del público en el Festival de cine de Málaga.
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