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CRITICA
Por: PACO CASADO
Desde que está en boga el narcotráfico, tanto en el sur como en el norte de España, son muchas las historias que se cuentan de los narcos en Galicia y esta que nos presenta 'Quien a hierro mata' (2019), bien pudiera ser una de ellas que hubiera sucedido realmente.
Uno de los jefes del narco es un tal Antonio Padín que cumple condena, pero dada su elevada edad y al padecer una enfermedad terminal es trasladado a una residencia por cuestiones humanitarias, a pesar de que sus dos hijos, Toño, el mayor y Kike el pequeño, preferían que estuviera en su casa, para así manejar mejor el negocio.
Ellos no tienen la experiencia y el respeto que produce su padre, cuando están en un negocio con unos colombianos para que le suministren la droga para vender a los chinos, y a pesar de la ausencia del patriarca deciden tirar adelante.
En la residencia es atendido por Mario, el jefe de enfermeros, cuya esposa Julia espera un bebé, en el que Antonio deposita más confianza que en sus propios y violentos hijos.
Mario tenía un hermano, Sergio, que murió de una sobredosis y ahora tiene su propio plan.
El valenciano Paco Plaza debutó en el largometraje con el documental OT: la película (2002), pero pronto se pasó al cine de terror en el que destacó con la serie [Rec] (2007/9/10) y tras la estupenda acogida de Verónica (2017), ahora nos ofrece este notable thriller con una gran carga dramática en el que se respeta muy bien el acento gallego de los principales personajes protagonistas de esta violenta historia del ojo por ojo y diente por diente.
Es la primera vez que el guion no está firmado por Plaza, sino escrito por uno de los más prestigiosos guionistas del cine español, Jorge Guerricaechevarría, autor de algunos de los mejores thriller que se han visto últimamente en nuestro cine como La caja Kovak (2006), Celda 211 (2009), El niño (2014) entre otros, esta vez en compañía para la ocasión de Juan Galiñanes.
Mezcla perfectamente las acciones, expuestas con claridad, en esta historia de venganza en la que los personaje caminan hacia un destino implacable.
Mario se encuentra en una doble encrucijada, entre una venganza y la felicidad de convertirse en padre, pero lo primero le puede traer consecuencias con respecto a lo segundo, por lo que en su interior existe un gran debate.
El film toca temas como el tráfico, las relaciones familiares, la violencia, las drogas, la proximidad de la muerte de las personas de edad ingresadas en el geriátrico donde Padín, acostumbrado a tener poder, se ve indefenso y el riesgo de los presos relacionados con la droga siempre en peligro ante sus propios compañeros, e incluso la amistad que encuentra Antonio en Mario.
Personalmente pensamos que todo encaja, salvo los flash backs, que posiblemente se hubieran podido suprimir sin que se resienta para nada la trama, que elige finalmente el camino menos deseado.
Muy bien el siempre estupendo Luis Tosar en un papel difícil en el que se aunan la ternura y la humanidad con el ansia de venganza, al tiempo de la lucha interior contra la conciencia de lo que planea llevar a cabo.
Y junto a él la serenidad de Xan Cejudo en el papel del patriarca del narco, un personaje que apenas habla y todo lo ha de expresar a través de gestos.
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