. |
|
CRITICA
Por: PACO CASADO
En esta película sucede como en el circo, el más difícil todavía. Stephen Sommers si no tenía bastante con la momia aquí reúne a todos los monstruos que puede de los films de la Universal y los pone a hacer piruetas circenses, todos contra Van Helsing, una especie de agente secreto del Vaticano que lo envía a extirpar el mal del mundo.
En los Cárpatos se encuentra la misteriosa Transilvania, donde el peligro aumenta cada día en cuanto se pone el sol.
En su eterna batalla para librar al mundo de malvadas criaturas Van Helsing viaja hasta allí con la idea de vencer a Drácula.
En Transilvania se le une Anna Valerious, la última descendiente de una poderosa familia de sangre real casi exterminada por Drácula, que es quien los capitanea, ayudado por sus tres novias voladoras, entre las que se encuentra nuestra Elena Anaya.
El guion respeta las características de cada uno de ellos, y en cambio a Van Helsing le cambia su aspecto físico del que tenía en los relatos literarios de Bram Stoker, convirtiéndose en una combinación de James Bond con Indiana Jones, por los artefactos que usa y las aventuras que corre, obsesionado con resolver el enigma de su pasado del que nada recuerda.
Al salir de ver esta larga cinta nos preguntamos qué es lo que nos ha contado, dónde está su argumento que se puede resumir en una sola frase, Van Helsing contra los monstruos, ya que la mayor parte del abultado presupuesto (150 millones de dólares) se va en efectos especiales.
Stephen Sommers es un especialista en dirigir producciones de terror de la Universal, y más concretamente al personaje literario de Van Helsing, nacido de la pluma de Bram Stocker.
Este largometraje fue planteado en principio como una secuela de Drácula de Bram Stocker (1992), en la que Anthony Hopkins tomaría su rol de enigmático vampiro, pero cuando éste se apeó del proyecto, el guion sufrió numerosos cambios.
Y es que más que una de terror, Sommer se plantea una de acción de corte fantástico, en la que los efectos especiales juegan un factor importante y donde el protagonista, Hugh Jackman, interpreta a un mítico cazavampiros que debe enfrentarse a los monstruos de turno.
La película se hace reiterativa con tanta lucha de monstruos volando y dando gritos, lo que llega a aburrir al espectador.
A los actores no se les deja lucirse entre tantos efectos especiales. Y se nos amenaza con una secuela.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE