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CRITICA
Por: PACO CASADO
Woody Allen continúa con sus traiciones y costumbres a la hora de filmar.
Lo hace con Manhattan, cambiándola esta vez por Londres, con el jazz que lo sustituye por piezas clásicas de ópera o ballet, con sus habituales traumas: ya no saca a paseo la religión, el sexo, el psicoanálisis, la aprehensión a las enfermedades y otros complejos habituales que los ha cambiado por la diferencia de clases, la crítica a la alta sociedad o a los medios de comunicación y las exclusivas periodísticas, el sentido de la culpabilidad, la fantasía o la magia y hasta se burla de la muerte.
Una comedia negra que a diferencia con la anterior, Match Point (2005), la intriga sigue los caminos de la comedia, de la diversión, del contrapunto humorístico, de la parodia y se beneficia a un tiempo de la presencia del propio Woody Allen compartiendo protagonismo con su actual musa, Scarlett Johansson, con la que repite por segunda vez.
Sondra Pransky, una joven norteamericana, estudiante de periodismo, de visita a una amiga en Londres, al asistir a un espectáculo de magia del mago Sidney Waterman, recibe la exclusiva de la noticia del año del espectro de Joe Strombel, un ilustre periodista recién fallecido que era un obstinado en buscar siempre la primicia, que a través de ella quiere dar la bomba del año: el criminal del tarot, una especie de asesino en serie que opera como Jack el destripador, matando a prostitutas morenas de pelo corto, que trae en jaque a la policía londinense desde hace meses, es el seductor Peter Lyman, hijo de un adinerado aristócrata británico.
Ella decide confirmar la noticia invetigándola en compañía del mago judío-americano de segunda fila, Sid Waterman, apodado Splendini, que la subió al escenario, que se ve metido en el lío y que incluso le obliga a hacer de su padre.
Con esta película Woody Allen retorna al género que le hizo famoso, la comedia de ingeniosos diálogos que en buena parte se reserva los mejores gags que pone en boca de su personaje.
No pretende profundizar en las leves críticas que hace, decide ir directamente al grano, a la diversión sana y saludable de hacer pasar un buen rato al espectador, aunque en algunos momentos los personajes resulten esperpénticos, las situaciones sean absurdas, la trama tenga algunos agujeros o el final resulte algo precipitado y poco meditado, con tal de lograr el objetivo.
La dirección lleva la trama a buen ritmo y saca notable partido del estupendo reparto.
Film de suspense con tono de desenfadada comedia que arranca fácilmente y con habilidad la risa del público cosa que este agradece complacido.
Nominada al Goya como mejor película europea.
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