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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las secuelas suelen venir originadas por el éxito comercial de la primera y en esta ocasión no podía ser menos con estos superhéroes de la Marvel, creados por Stan Lee y Jack Kirby, con sus característicos poderes especiales dispuestos a salvar el mundo, que resultaban marginados en la primera entrega.
Aquí se inicia la historia con un grupo que quiere matar al presidente de los Estados Unidos en la Casa Blanca, porque está a punto de firmar una nueva ley que le reconoce todos los derechos y que son todos iguales.
En esta ocasión hasta el malvado Magneto se une a los mutantes X-Men para luchar contra este científico militar que trata de exterminarlos.
Esta vez se ha incrementado el número de mutantes con algunas nuevas incorporaciones a los X-Men, lo que añade otro atractivo más, aunque quizás en detrimento de la exhibición de los poderes de los ya existentes y ha aumentado también el presupuesto, con lo que los efectos especiales y los enfrentamientos resultan más espectaculares, pero rebajan un mayor contenido argumental de base para una historia corta en la que todo se va en artificios técnicos.
Bryan Singer, el valioso director de Sospechosos habituales y Verano de corrupción, continúa, como en la primera, al frente de esta nave, con claras intenciones comerciales y espectaculares, que a veces naufraga en el ritmo y en la banalidad de la historia, quedando en un relato de acción, un producto de consumo, encaminado a que el interés del espectador no decaiga y se lo pase bien con las aventuras de estos superhéroes.
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