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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine norteamericano continua con la producción de una serie de películas de catástrofes que tantos y tan buenos resultados les ha dado en la taquilla en los últimos tiempos haciéndole volver a otra época en la que fue una de las grandes potencias mundiales, cinematográficamente hablando.
Las líneas maestras de este film no pueden ser más clásicas y habituales: un submarino atrapado en el fondo del mar, una operación de rescate que cada vez se complica más y un previsible final feliz, aunque con sus dosis de tragedia para darle más veracidad y emoción.
Un mercante noruego aborda accidentalmente al submarino nuclear Neptuno que termina produciéndose el hundimiento en una sima a una profundidad de 1450 pies con el riego de estallar el casco.
El laborioso rescate se verá dificultado por la fuerte presión y los derrumbes frecuentes en el lugar donde reposa la nave.
Los supervivientes atrapados, consumen inexorablemente la reserva de oxígeno que contiene el submarino, por lo que el tiempo juega en su contra, ya que tan sólo les queda para 48 horas, con el agravante de los movimientos sísmicos que se producen.
A partir de aquí, el hecho que sucede en las primeras imágenes, todo el tiempo se dedicará al salvamento de los más de cuarenta supervivientes que se han producido tras el accidente.
No cabe duda de que el suspense desaparece al principio, pero continuará a lo largo de todo el relato la inquietud por el salvamento, manteniendo el interés por cómo se llevará a cabo, porque bien sabemos que el final será previsiblemente feliz, aunque algunas víctimas se sacrificarán en holocausto por las vidas de los demás compañeros.
Todo el guion denota un afán de comercialidad, una dosificación oportuna de los elementos en juego para que el conjunto responda al tipo de cine previsto, de tensión y de héroes, con magnificación de la técnica y sobre todo de los hombres esforzados que arriesgan sus vidas por salvar las de sus semejantes.
El problema comienza cuando estos elementos servidos con profesionalidad por la labor realizadora del director David Greene, nos suena a demasiado conocida y vista en argumentos de otros largometraje de similar corte.
Jugando a tres bandas, con el submarino hundido, con el pequeño batiscafo explorador y con el vehículo grande de rescate, se procura dar movilidad y variedad a la narración logrando un buen tono de suspense a lo largo de toda la trama.
La gran maquinaria del cine americano se pone una vez más en marcha para maravillarnos de su extraordinaria capacidad técnica y artística, aunque sea al servicio de una simple aventura sin más trascendencia como es ésta y a una propaganda fácil e infantil, de sus posibilidades de salvamento de vidas humanas, en cualquier océano como se nos dice en una simple leyenda al final de la cinta.
Tiene un buen trabajo de los actores, con Charlton Heston encarnando al hombre esforzado y en peligro, secundado esta vez por Stacy Keach y David Carradine que están bien en sus respectivos cometidos.
Fotografía con buenos efectos submarinos, correcta dirección y música adecuada que completan este espectáculo que mantiene el interés a lo largo de todo el espectacular metraje.
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