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CRITICA
Por: PACO CASADO
Aunque tiene producción española, pero podríamos considerar esta película como meramente argentina, ya que está hecha por este exiliado aquí en España y a pesar de que declara que es una historia de ficción, da la impresión de que tiene mucho de personal, de realidad, cuyo guion ha sido escrito por su propia hija que también hace ese papel en la ficción de esta historia.
Una vez más tenemos ocasión de conocer un relato en torno a la dictadura del general Videla y de alguna de las treinta mil personas que desaparecieron durante su mandato y que reclamaron las llamadas madres de la Plaza de Mayo.
Atormentado por la sombra de su pasado, el presente de Germán está a punto de desmoronarse cuando recibe una inoportuna llamada.
Germán es argentino de nacimiento, pero vive en España desde hace treinta años con su esposa Rosa y su hija Lucía.
El día del 23 cumpleaños de la joven, recibe una llamada telefónica desde Argentina que le producirá un desvanecimiento provocado por un agudo infarto de miocardio que, afortunadamente, es cogido a tiempo.
Esto hará que los recuerdos de su pasado en Argentina vengan a su memoria, lo que constituirá una línea paralela que va alterando con la del presente que serán enlazadas a través de Lucía, que investiga acerca de la vida anterior de su padre y así el espectador se va enterando de qué fue lo que ocurrió.
Germán estaba en contra del régimen videlista, era buscado por los milicos y terminó teniendo que huir a España cuando su hermano fue apresado y torturado para que diera señas de su paradero y terminó pagando por él.
Allí quedó su novia, Daniela, embarazada, y al cabo de treinta años surge el fruto de aquella unión fugaz, a la que abandonó y nunca más volvió a tener el más mínimo contacto con ella, tal vez por miedo a que lo localizaran.
Levantó así un muro de silencio para olvidar los recuerdos y no volverse loco, comenzando en España una nueva vida, formando un hogar con Rosa, creando una familia y viviendo feliz sin acordarse del pasado nunca más.
Pero ahora, Lucía, su hija le hará enfrentarse a su pretérito, algo de lo que no quiere saber nada su esposa Rosa a la que nunca le habló de ello.
Este exiliado argentino tiene que lidiar entonces con las terribles vivencias que experimentó durante la dictadura al mismo tiempo que supera sus actuales problemas personales y familiares.
El film tiene de fondo esos lamentables hechos históricos de la dictadura videlista de 1976 en la que muchas familias perdieron a sus hijos, maridos o familiares de los que nunca más supieron, ni se pudieron despedir dignamente de ellos.
Otras en cambio optaron por huir, por olvidar el pasado, por levantar un muro de silencio y poner distancia con aquellos tristes y horribles acontecimientos.
Daniel Lovechio es un hombre fundamentalmente de teatro que hace con ésta su primera película como director y protagonista interpretando un guion que ha escrito su hija que a su vez incorpora ese mismo papel en la historia que se cuenta, con lo que todo queda como muy familiar en este drama correctamente dirigido e interpretado, sin pretensiones y sin alardes.
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