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CRITICA
Por: PACO CASADO
El mejor cine no se concibe sin que haya una perfecta comunión entre lo que se cuenta y la manera de narrarlo, esto es, entre argumento y puesta en imágenes, a través de un buen guion y una realización al menos aceptable.
Cuando alguna de esas dos cosas falla, el resultado no es el ideal, algo no funciona como es debido.
Esto es lo que sucede con 'La sombra del gallo' (2019), película con la que debuta en la dirección Nicolás Herzog, un cineasta argentino que hasta el momento se dedicaba a hacer documentales y que ha decidido pasar a realizar su primer largometraje de ficción.
Como suele ocurrir cuando un cineasta debuta, lo primero que cuida es la forma, sobre todo si acaba de salir de una academia de cine y tiene todos los conceptos muy claro en su cabeza a la hora de trasladar una historia a imágenes.
En efecto así ocurre en el caso del film 'La sombra del gallo' (2019), en el que cuida la narración, a base de lentas panorámicas o trávellings, bien elegidos encuadres de primeros planos, etc.
Pero... se olvida de poner de la forma más clara la historia que nos quiere contar.
En algún lugar nos informamos de que se trata de algo así como esto que transcribimos literalmente: "Después de pasar ocho años de prisión, el ex policía Román Maidana, retorna al pueblo de su infancia y se sumerge en un profundo estado de narcolepsia que le hace alucinar con una mujer que parece alentarlo a desarmar un entramado policial de prostitución y trafico de mujeres."
El regreso lo vemos, su relación con Barani, un amigo de su padre que al igual que él que también era policía, no así con los hijos de éste, pero a partir de ahí, está su casa en ruina, alguien la quiere comprar o él vender y una mujer que aparece de vez en cuando que no se sabe si es real o una alucinación, ensoñación, pero poco más para justificar lo que dice el copiado argumento.
Es una cinta en la que lo que no se dice, ni se muestra, la hace oscura e inentendible.
Tal vez sea que no estamos haciendo mayores y no acabamos de captar esta forma tan moderna de contar de hoy en día.
No sabemos por qué fue a la cárcel, ni nada de su pasado y qué relación hay con ese supuesto tráfico de mujeres.
En definitiva un pequeño gran lío que al menos personalmente no acabamos de desentrañar.
Por cierto, el título se refiere al icono de la placa de la policía.
Estupenda la veteranía de Claudio Rissi, no así la inexpresividad de Lautaro Delgado Tymruk.
Notable la puesta en escena y suspenso por el argumento.
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