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CRITICA
Por: PACO CASADO
Después del éxito comercial, que no artístico, de 'La túnica sagrada' (1953), la Fox, produjo una serie de películas con vista exclusivamente a las taquillas, las que varios años después, nos están llegando a nuestras pantallas, como si fueran auténticas novedades, caso de ésta con tres años de retraso.
'Harry Black y el tigre' (1958) es un film dirigido por Hugo Fregonese, realizador argentino, que consiguió un gran éxito mundial con 'Apenas un delincuente' (1949) su tercera cinta.
Debido a ello rápidamente fue captado por la Meca del cine donde debutó con otro título de gran éxito 'Murallas de silencio' (1950), con James Mason y Marta Toren, muy elogiado por la crítica.
Siguió en el cine americano rodando cinco películas más y llegó a España para realizar para la productora Suevia films 'Tres historias de amor' (1953), con Joan Fontaine y Louis Jourdan, que sacó su argumento del Decamerón, de Giovanni Boccaccio.
Afortunadamente volvió a Hollywood para hacer, entre otros, dos títulos notables, 'Soplo salvaje' (1953) y 'Martes negro' (1954).
Después Fregonese pasó de ser una esperanza a una triste realidad en lo que posiblemente tuvo algo de culpa su fracasado matrimonio con Faith Domergue actriz que no triunfó en Hollywood.
En la jungla de la India el ex mayor del ejército inglés Harry Black anda tras un peligroso tigre de Bengala que tiene atemorizada a la población de una aldea.
Durante la caza, se encuentra con su ex esposa Chris, que se ha vuelto a casar, esta vez con Desmond Tanner, quien ya conocía a Black cuando estuvo prisionero durante la Segunda Guerra mundial cuya cobardía al intentar escapar le costó a Black su pierna.
Las pesadillas sobre su pasado le llevan a la bebida, pero pronto consigue dejarla con la ayuda de una mujer.
Del libro infantil Harry Black, de David Walter, se ha extraído sólo la anécdota argumental para realizar esta producción, porque la verdad es que la novelita no daba para más.
No obstante, el director ha debido de poner algo más de alma e ilusión en su trabajo, y no limitarse sólo a verter en imágenes vulgares una novela que también es bastante intrascendente.
El cine posee enormes medios para hacer sentir al espectador algo de emoción, de interés, de belleza, estéticamente hablando.
Sin embargo 'Harry Black y el tigre' (1958) no nos trae ni emoción, ni interés, ni belleza, sólo monotonía y mediocridad.
Las imágenes van desfilando por la pantalla sin pena ni gloria.
El espectador no consigue interesarse por lo que ocurre, ya que el argumento está falto de dirección, lo que ha arrastrado también consigo a los actores, que muy poco pueden hacer por sacar adelante a sus personajes, tan escasos de humanidad.
De destacar a alguien sería a I. S. Johar en el papel de Bapú, el fiel servidor de Harry Black, que fue nominado al Bafta.
La fotografía de John Wilcox tiene limpieza y el color le presta cierta magnificencia, sobre todo en los exteriores ya que en interiores tiene menos intensidad.
Lo único que podía haber prestado al film algo de interés hubiera sido su conflicto amoroso, pero se diluye en la trama, por lo que tampoco logra captar la atención del espectador.
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