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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tercero y último de los westerns de Fritz Lang, tras 'La venganza de Frank James' (1940) y 'Espíritu de conquista' (1941), que en principio tenía que llevar el título de Chuck a Luck, en referencia al juego de la ruleta vertical en el saloom de Altar Keane, pero Howard Hughes lo cambió por el de Rancho Notorious. Se trata de una película muy personal, extrañamente poética, que combina el tema favorito del director, el hombre dominado por las fuerzas del destino, con los elementos clásicos del género.
La idea de hacer que la acción fuera como una antigua balada subrayada por las estrofas de la canción de Ken Darby, fue recogida en otros westerns famosos, como Solo ante el peligro (1952).
Tras una primera parte más bien clásica, a partir de la entrada en escena de Marlene Dietrich, el film se constituye en una muestra de cine del Oeste estilizado y mitificador, con toques oníricos muy diferentes a los realizados por John Sturges, Delbert Daves o Anthony Mann en la misma época.
El guion de Daniel Taradash se basa en la novela Gunsight Whitman, de Silvia Richards, en la que cuenta que Vern Haskell, un buen ranchero, atraviesa el Oeste en busca del hombre que violó y mató a su prometida para vengar su muerte durante un robo.
Su venganza lo lleva al rancho que regenta la cantante Altar Keane, una aventurera que aparece y desaparece por todos y cada uno de los estados del naciente Oeste, ejerciendo las actividades más diversas, que acaba de adquirir la que puede ser las más rentables, la de encubridora.
En la raya con México ha montado este apacible rancho, La rueda de la fortuna, en el que se refugian temporalmente perseguidos por la justicia, que allí borran su ratro, gracias a las habilidades de la señorita Keane.
Vern Haskell acude al rancho creado para esconder a criminales donde es posible que allí encuentre a los culpables, pero inesperadamente halla más de lo que esperaba.
Para acceder a él se hace pasar por un fugitivo de la ley.
Producida por Howard Hughes y escrita por Daniel Taradash, esta cinta guarda un razonable parecido con la anterior, 'Arizona' (1939), un insólito western humorístico también protagonizado por Marlene Dietrich, por su barroquismo, su temperamento, sus exaltados colores y su sentido de la tragedia.
Es el mejor western de Fritz Lang y otra de sus desesperadas reflexiones sobre el destino, insistentemente presente en la balada que durante la trama entona William Lee, cuya letra incluso desgrana la suerte de los personajes una vez concluida la historia.
Fritz Lang y Marlene Dietrich, dos alemanes en el cine norteamericano, tuvieron sus tormentosas diferencias durante el rodaje, porque ella no quería interpretar su personaje de mujer madura en la que había hecho su efecto el paso del tiempo, aunque ello no empañó el resultado de esta romántica y cautivadora obra.
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