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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cuando Archer Monroe, el patriarca de una poderosa familia de Nueva York, asociada con vínculos políticos muere inesperadamente de un infarto, deja a su hija mayor Lauren Monroe al frente de la estabilidad económica de la familia.
Su responsabilidad es doble, dado que su ya desaparecido padre, tras ser leído el testamento a Lauren le deja veinte veces menos que a William, su hermano y a su madre.
El notario le entrega a continuación un sobre con una llave y un pendrive en el que le confiesa un terrible secreto que debe seguir enterrado, que supone una herencia maligna que amenaza con destruir tanto su vida como la de la familia y de todo el mundo que tiene a su alrededor.
Esa llave es la de una especie de búnker subterráneo en el que se encuentra encadenado un hombre llamado Morgan Warner que iba en su coche con él cuando una noche borracho atropelló a un joven y lo enterró y para que no hablara a la policía y destruyera su vida lo hizo desaparecer de esta forma.
Lauren es una joven fiscal de distrito, está casada con un hombre de color, ambas cosas en contra de la voluntad de su padre, con el que tiene una hija de pocos años, y William, su hermano, se dedica a la política, es congresista, está en plena campaña y las cosas no le van bien para su posible reelección, ya que los periódicos le acusan de corrupción, cuya madre, Catherine, está preocupada por la carrera de su hijo.
Por su parte, como puede ver, su padre tampoco era un santo.
Una y otra vez Lauren vuelve al zulo para que el prisionero le cuente la verdad de todo lo que pasó y a cambio ella le promete que lo dejará en libertad, ya que él le convence de que es inocente y que no se merece ese trato que ha destruido su vida.
La película tiene un guion del novato Matthew Kennedy que recuerda a las novelas antiguas con la desaparición de alguna persona o encarcelada que encierra un secreto, pero en este caso trasladado a la actualidad, en la que están por medio la política, la corrupción, el crimen, y todo ello reunido provoca el interés del espectador.
Por otra parte está bien llevada la narración provocando escenas de suspense salpicadas a lo largo de la trama, no sólo con las visitas al prisionero, sino también con las confecciones que cada vez le va haciendo éste y con lo que ella va descubriendo por su cuenta o comprobando si es verdad lo que le dice.
No obstante aunque el relato es lineal, de vez en cuando también incluye algún flash back que aclara lo narrado, como el accidente y algún que otro momento de la historia referente al hermano.
Tampoco se priva el guion de incluir algunos giros sorprendentes en el tramo final que aumenta el interés del relato a cada paso que da, pero también tiene algunos convencionalismos que no se explican en ningún momento.
A pesar de no tener actores de renombre están bien encajados en su papeles, aunque nos resulta un poco frágil la presencia de Lily Collins incorporando a Lauren Monroe para todo el enorme peso que tiene que soportar debido a las vicisitudes de su personajes, mientras que Connie Nielsen incorpora el episódico papel de Catherine Monroe, la esposa de Archer, y Simon Pegg el del enigmático Morgan Warner.
Vaughn Stein, tras hacer de director de segunda unidad en casi una treintena de títulos, debutó en la dirección en 2018 y enseguida ha accedido a hacer su segundo largometraje con esta 'Inheritance' (2019) en la que sabe cómo provocar el suspense y los momentos de emoción a lo largo de la trama, manejando bien a los actores.
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