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CRITICA
Por: PACO CASADO
Este es el primer largometraje que dirige José Luis Garci y lo primero que se aprecia en él es la sinceridad al reflejar la realidad española en una historia que va desde el 1 de octubre de 1975 a los primeros días del verano del 1976 contada a través de la relación amorosa de una pareja, José y Elena, ambos casados cada uno por su lado, que un día se encuentran y viven un romántico amor, recuperando esa asignatura que tenían pendiente.
Durante los últimos días del franquismo, un joven abogado de izquierdas, se reencuentra casualmente en Madrid con Elena, su antigua novia.
Son el uno para el otro que tiene una asignatura pendiente que tras ese encuentro, intentarán aprobar: Decir y hacer lo que no dijeron e hicieron veinte años atrás.
José Luis Garci procede del ejercicio de la crítica donde empezó a mostrar sus primeros amores por el cine, pasando luego a escribir guiones y comenzó a relacionarse de una forma profesional con el mundillo del cine y la televisión, sin dejar atrás sus aficiones literarias, al par que escribía algunas novelas de ciencia ficción, siendo también un apasionado de los deportes, sobre todo del fútbol y el boxeo.
Tras realizar tres cortos 'Al fútbol!', 'Tiempo de gente acalorada' y 'Mi Marilyn', este último cosechador de media docena de premios.
La película tiene ante todo sinceridad y trata de reflejar la realidad española, defecto este del que adolecen por su falsedad y falta de realismo muchas de las producciones españolas actuales, en el que no ha caído el director de esta historia que va desde el 1 de octubre de 1975 hasta los primeros días del verano del 76 y a lo largo de su argumento, pasa revista a los hechos y acontecimientos que marcaron de alguna manera el transcurrir de la vida española, al tiempo que hace una apasionada defensa de la generación de los hombres y de las mujeres que en estos momentos tienen treinta años, que no vivieron la guerra, pero que fueron las víctimas inocentes de las consecuencias bélicas del pasado.
Ya en 'Mi Marilyn' apuntaba el germen de lo que ha sido este film: en aquella era ver nuestra generación a través de un mito y un símbolo, Marilyn Monroe.
Aquí lo hace de una manera más directa, sentida y vivida, plasmando la realidad política, social y crítica de esos días con sabores de amargura, de nostalgia y de humor, porque esto último es algo que no les pudieron quitar a los españoles de esa generación.
Un guion escrito con una gran maestría, que está perfectamente aquilatado, pensado, amarrando muy bien las situaciones y a los distintos personajes que entran a formar parte de esta historia.
Posee una realización sencilla, sin alardes, que pone en imágenes con naturalidad, sin que se note la mano del director en ningún momento, lo que verdaderamente sentía y quería decir, muy al estilo de ese cine americano que tanto admira desde siempre.
Destaca en el cuadro interpretativo la sobriedad de José Sacristán, un actor que gana puntos por momentos con un amplio registro que va desde lo cómico a lo trágico, la revelación de Fiorella Faltoyano en su primer papel como protagonista y de María Casanova, sensacionales Antonio Gamero y Héctor Alterio que demuestran los buenos actores que son.
Bien seleccionada la música con canciones de esa época arreglada por Jesús Gluck y notable la fotografía del sevillano Manolo Rojas.
Una gran comedia con un afortunado debut no sólo de su director, sino también de una gran parte del equipo que ayudó a realizar esta grata obra que muestra la realidad de una generación y un país en plena evolución.
Suerte y a seguir en el empeño, ya que si es así nuestro cine habrá ganado un gran director en la persona de José Luis Garci.
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