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CRITICA
Por: PACO CASADO
En estos momentos en los que el cine está en una gran crisis, debido a la pandemia del Coronavirus, las producciones que están resultando más "rentables", si es que así se les puede llamar a las exiguas cifras que están haciendo las estrenadas en estas últimas semanas, son las infantiles, ya que al parecer los pequeños espectadores, de momento, no han perdido la costumbre de acudir al cine, y esperemos que no la pierdan definitivamente en el futuro inmediato.
Estos famosos personajes de la pandilla formada por Fred, Vilma, Daphne, Shaggy y su perro gran danés Scooby-Doo, fueron creados por William Hanna y Joseph Barbera en unas tiras de comic, aunque pronto se convirtieron en protagonistas de una serie de dibujos animados que comenzó a emitirse en la televisión americana en septiembre de 1969 y que tuvo unos trescientos capítulos que se emitieron en antena.
Hace unos años se hicieron dos entregas de estos personajes encarnados en actores reales, la primera Scooby-Doo (2002), dirigida por Raja Gosnell, y una segunda, dos años más tarde, Scooby-Doo 2. Desatado (2004) llevada a cabo por el mismo director, en las que se contaban sendas aventuras de la famosa pandilla.
Ahora de nuevo se vuelve a la animación, pero esta vez no para la televisión sino para la pantalla grande, con esta primera aventura animada de Scooby-Doo en la que se nos cuenta cómo se hicieron los amigos Scooby y Shaggy y se unieron a los jóvenes detectives Fred, Velma y Daphne para formar la famosa agencia de detective Mystery Inc.
Pasado el tiempo, ya con cientos de casos resueltos y aventuras compartidas, Scooby y su pandilla se enfrenta al misterio más gigantesco y complicado de su carrera: un complot para que el perro fantasma Cerbero campe a sus anchas por el mundo.
Mientras corren a toda prisa para detener esta perroapocalipsis mundial, la pandilla descubre que Scooby tiene un legado secreto y un destino épico mayor de lo que imaginaba.
En esta ocasión se meten en la aventura de perseguir a un villano que quiere secuestrar a Scooby, ya que es descendiente del perro de Alejandro Magno y cuya huella de su pata es capaz de abrir la puerta del inframundo donde se encuentra un fabuloso tesoro.
La verdad es que las dos entregas de personajes reales fueron bastante rentables, comercialmente hablando, más la primera que la segunda que ya bajó hasta casi la mitad, no así desde el punto de vista de la crítica, sin embargo no continuaron con la serie, desconocemos los motivos.
De nuevo se prueba con estos personajes, esta vez en animación, con un guion que tiene un exceso de aventuras, que resulta un tanto farragoso en cuanto a la narración para los muy pequeños y sobre todo posee un montaje demasiado en corto que por estas circunstancias no sabemos si será bien acogida por la grey infantil, aunque los personajes son muy populares y eso hará que los jóvenes espectadores, que serán los que mejor la sigan, acudan a verla, aunque tal vez después les decepcione un poco o no acabe de agradarles lo suficiente.
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