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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta historia transcurre en el año 1947. Mary Lennox es una niña de nueve años que vive con su acomodada familia en la India donde su padre trabaja para el gobierno inglés.
Cuando primero la madre y después el padre mueren a causa del cólera y se queda huérfana, el gobierno la envía, junto con otros niños, a Inglaterra y Mary va a vivir a la inmensa mansión situada en el condado de Yorkshire de su solitario tío Sir Archibald Craven apesadumbrado desde que su esposa murió hace dos años, donde reside en compañía de la Sra. Medlock, su rígida ama de llaves, y Martha, la criada.
En principio le dan un cuarto para ella y le prohíben corretear por toda la casa, así como entrar en determinadas habitaciones, pero en sus andanzas destapa algunos de los secretos que oculta la tétrica mansión.
Mary pasa el tiempo recorriendo los alrededores hasta que un día descubre una llave que le da acceso a un jardín que su tío tenía cerrado desde que murió su esposa.
En sus correrías encuentra a un perro y a Dickon, un chico que es el hijo de la criada Martha, que se hacen amigos.
Por las noches Mary oye ruidos y descubre que son ocasionados por Colin, su primo, al que no conocía, que está postrado en cama y sólo anda en silla de ruedas y con Dickon lo sacan a escondidas y lo llevan al jardín secreto donde lo pasan bien todos juntos.
Es una bonita historia sobre la pérdida de los seres queridos, la amistad y el amor a la naturaleza, adornada con algunos flash backs con los recuerdos de la niña, de cuando vivía en la India con su madre, y de su tía, envuelta en la agradable música de Dario Marianelli.
El guion de Jack Thorne, que está basado en la famosa novela infantil de la escritora inglesa Frances Hodgson Burnett, publicada en 1910, que ya fue llevada al cine entre otras versiones la más reciente de Agnieszka Holland en 1993.
En este caso la acción de la novela se traslada a 1947 y tiene una parte, a poco de empezar, en los primeros momentos de la estancia de Mary en la mansión, con sus salidas en solitario descubriendo los alrededores, que se hace algo repetitiva, pero se va animando poco a poco, primero con el encuentro del perro, después con Dickon y posteriormente con Colin al que por fin ayudan a aprender a andar y a encontrar la felicidad.
Un bonito y entretenido cuento puesto en bellas imágenes que sacan partido a la naturaleza y del extraordinario jardín, realizado con la corrección propia del cine británico, aunque en este caso hayan colaborado otras cinematografías en coproducirlo.
El protagonismo absoluto recae en la pequeña actriz Dixie Egerickx que encarna al personaje de Mary, que está todo el tiempo en pantalla, mientras que los demás actores entran y salen en la historia, teniendo a dos prestigiosos como Colin Firth y Julie Walters en papeles secundarios.
La dirección recae en Marc Munden, un veterano cineasta británico que aprendió al lado de renombrados directores como Terence Davies, Derek Jarman o Mike Leigh, ganador en tres ocasiones del Bafta con más de dos docenas de títulos en su haber, la mayoría de series de televisión y documentales, que debutó en el largometraje para cine con Miranda (2002), al que siguió La marca de Caín (2007), que hace con 'El jardín secreto' (2020) su tercer título para el cine al que le saca bastante partido.
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