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CRITICA
Por: PACO CASADO
Rodada durante la celebración del Festival de cine de San Sebastián, cuenta la historia de un matrimonio norteamericano compuesto por Sue, que es la representante de un director con un ego insoportable, y Mort Rifkin, que es un escritor y profesor de cine hipocondríaco, con la inspiración bloqueada, que está tratando de escribir su primera novela, de la que constantemente rompe las páginas que redacta, que es el alter ego de Woody Allen.
Ambos se encuentran en la bella ciudad vasca durante la celebración del certamen y mientras ella hace su trabajo, también se enamora de Philippe, un joven ny brillante director francés, con el que tiene sus escarceos amorosos, conocidos por su marido, Mort, que a su vez busca constantemente una excusa para visitar a la doctora Rojas, que también le hace tilín, y con la que se lo pasa muy bien, ya que ella a su vez está un poco harta de Paco, su segundo esposo, un pintor que le es infiel, al que no quiere abandonar porque cree que la necesita.
La película ha sido la elegida para inaugurar la edición del festival donostiarra de este año, fuera de concurso, antes del estreno en las pantallas comerciales españolas.
En el reparto figuran algunos de nuestros actores, entre otros Elena Anaya en el papel de la doctora Jo Rojas, una cardióloga de la que se enamora Mort, el protagonista, y Sergi López, que es el impetuoso segundo marido de ésta.
El film es un homenaje al cine clásico europeo en el que constantemente surgen referencias a diversos títulos que posiblemente pueda captar el buen aficionado al cine, pero que tal vez le pase desapercibido para el gran público que va al cine a divertirse y en ese sentido puede que le resulte un poco aburrido ya que está plagado de diálogos entre los personajes, sin que pase nada realmente relevante, en sus constantes relaciones entre unos y otros.
Entre las cintas que son fácilmente apreciables se encuentran algunas de la Nueva Ola francesa como Jules et Jim, de François Truffaut, Al final de la escapada, de Jean-Luc Godard, o El ángel exterminador, del español Luis Buñuel, la italiana Ocho y medio, de Federico Fellini, o la sueca El séptimo sello, de Ingmar Bergman, entre otras, por no hacer la lista más larga, varias de las cuales aparecen en los sueños y pesadillas que tiene el protagonista, que son mostradas en blanco y negro.
Últimamente Allen parece que se va olvidado de algunos de sus miedos o será que aquí únicamente refleja varios de los muchos que sigue teniendo.
La historia posee el encanto de la bella ciudad donostiarra a la que se le hace un bonito homenaje a través de la brillante fotografía del veterano Vittorio Storaro, como ya hizo Allen con otras europeas elegidas como fondo de sus historias, en las que ha rodado últimamente, una vez que dejó atrás su amanda Nueva York.
Wallace Shawn, esta vez en un papel protagonista y emulando a Woody Allen, está muy bien en su personaje de Mort.
A destacar la recuperación de Gina Gershon como Sue, su esposa, así como el correcto trabajo que hace Elena Anaya y un pasado de rosca Sergi López.
Una vez más podemos disfrutar de su sentido del humor en esta ligera comedia, romántica y divertida, o quizás con algo de melancolía que impregna a sus personajes que se sitúan entre la parodia y el homenaje.
Posiblemente no se encuentre entre los mejores trabajos de Woody Allen, a nuestro parecer, pero no se le puede pedir que a punto de alcanzar las cincuenta películas sean todas geniales, pero las peores de este director a poco de cumplir 85 años nos parecen buenas ante tanta basura como nos encontramos en estos tiempos.
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