|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Los productores Harry Saltzman y Albert Broccoli posiblemente no pudieran imaginar a la hora de llevar a cabo esta novela de Ian Flemming, el revuelo que se formaría con este personaje y lo que seguiría ocasionando con las siguientes aventuras que vendrían después.
Ni siquiera se le dio en principio la importancia comercial que podía tener en potencia, lo que viene a corroborar la posible ignorancia de lo que podía suponer el producto que tenían entre las manos.
Un agente del servicio secreto del gobierno británico tiene la misión de encontrar las respuestas en el caso que se le ha encomendado, como es la desaparición de un compañero, lo que trae aparejado también la interrupción del programa espacial norteamericano.
La misión le lleva a Jamaica donde tiene la ayuda de un letal agente de la CIA y donde conoce a la hermosa Honey Ryder y se enfrenta al Dr. No, no sin antes esquivar varios peligros.
Fleming había creado un nuevo personaje de agente secreto que literariamente llamó poderosamente la atención, lo que se acentuó con su paso al cine y también la censura contribuyó, ya que fue la primera película proyectada en las pantallas españolas que mantenía largamente un bikini en una escena al salir del agua.
Hoy día, con el paso del tiempo, esto ya no causa el más mínimo efecto, como tampoco posiblemente entusiasme tanto esta primera aventura del famoso Agente 007 con licencia para matar, que ha ido superándose en casa nueva historia.
Comparada con las que siguieron es un poco lastimoso ver al agente secreto con su juventud reflejada en su rostro, y se nota la antigüedad en gestos, facciones, forma de vestir, modo de enamorar a las mujeres e incluso en el uso de esos artefactos supermodernos que vendrían a partir de la siguiente entrega, que se harían famosos y espectaculares en grado sumo, sus métodos y uso de aparatos electrónicos en la investigación llevada a cabo, así como los coches deportivos y mil y un inventos.
Aquí era todavía un simple agente secreto con su pistola como única arma y la astucia e inteligencia como compañera.
El film mantiene el interés por las fabulosas aventuras ideadas por Ian Fleming llenas de imaginación y fantasía, aunque su ritmo no fuera tan dinámico y las maquetas y transparencias se notan a veces demasiado.
Un producto comercial digno, bien realizado por parte de un artesano como Terence Young e interpretado por un actor tan profesional como Sean Connery, cabeza de una famosa serie cinematográfica.
Globo de oro a Ursula Andress.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE