|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Aunque en este caso se ha respetado el título original, éste puede llevarnos a confusión, debido a la gran cantidad de productos chinos que nos inundaron las carteleras hace unos años ya que la mayoría de ellos eran pura basura.
Aclaremos de entrada que no se trata de una película de esa clase de cine.
El título viene a cuento porque lo que se nos narra aquí es la historia de Daniel, un muchacho huérfano de padre, que se marcha con su madre a Nueva Jersey, en California.
Nada más llegar es atacado por un grupo de chicos que ponen en práctica sus conocimientos de las artes marciales y le humillan.
Daniel procura evitar las peleas pero es acorralado por alumnos de la misma escuela de karate, y es defendido por Miyagi que vence a la media docena de adolescentes acosadores y a partir de ahí le ofrece enseñarle karate para defenderse.
Con la ayuda de Miyagi, todo un profesor en esta materia, ya jubilado, dada su avanzada edad, logrará vencer sus temores y aprenderá a defenderse de los que les atacan, obteniendo al mismo tiempo la seguridad que le faltaba.
Con esta sencilla e ingenua historia, se fragua un argumento lineal en el que subyacen otros valores como la amistad entre el joven alumno y el viejo profesor japonés, generoso por demás, y sabio como su propio pueblo, que le enseña a no esperar nada sin esfuerzo ni sacrificio, a no fiarse de las apariencias y a que la venganza no es ninguna meta a la que hay que llegar, que pelear es una pérdida de tiempo y que con tiempo y paciencia se puede lograr cualquier cosa que uno se proponga.
Al mismo tiempo se busca en los bien delineados personajes, los valores humanos que anidan en el interior de cada uno de ellos, como la humildad, la confianza, la amistad, la paz, en definitiva, y la concordia entre todas las personas.
John G. Avildsen, director con más de una docena de films en su filmografía, autor del primer Rocky (1976), vuelve a repetir aquí un esquema parecido, dosificando los momentos de interés más emocionantes a lo largo de la trama, manejando bien a unos actores, prácticamente desconocidos, y sacando un buen partido de todos ellos.
El compositor Bill Conti pone la banda sonora adecuada adornada con algunas canciones.
Sin que se llegue al fondo de los problemas que viven los protagonistas, se nos cuenta una entretenida y emocionante historia, algo simple, pero agradable, en la que la violencia no es un fin, sino un medio para alcanzar una bonita enseñanza.
Nominado al Oscar y al Globo de oro Pat Morita. Premio Artista Joven para Elizabeth Sue y al mejor drama familiar.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE