|
CRITICA
Por: PACO CASADO
En estos momentos en el cine norteamericano está de moda el género policiaco y dentro del mismo las parejas de policías, unas veces tomándose el tema en serio, mientras que en otras ocasiones son tratadas a broma.
Peter Hyams es un director que está acostumbrado a las películas de acción y aventuras y a correr también con la dirección de fotografía, como es habitual en él, y aquí lo vuelve a hacer.
Sin ir más lejos en la última producción que había realizado hasta este momento, tenía un esquema similar a las de ese género cómico, ya que se adscribia a las del policiaco tomado a broma a través de la historia de una pareja de policías, uno blanco y otro de color en Apunta, dispara... y corre (1986).
Ahora en este nuevo film nos cuenta una historia que sucede en la base militar de Presidio, donde se encuentra la prisión del mismo nombre, fundada por los españoles en el siglo XVIII, que se asoma a la bahía de San Francisco, presidida por el famoso puente Golden Gate, lugar donde se comete un crimen.
El móvil de la investigación sigue siendo un asesinato pero dado la circunstancia especial de haberse cometido en una base militar, serán el Teniente coronel del ejército Alan Caldwell y el policía Jay Austin, los que se encargarán de la investigación.
De esta forma se unen la policía y el ejército, un civil y un militar, con dos edades y mentalidades distintas, con métodos diferentes y maneras opuestas de pensar, con un sentido del deber y del honor que difieren, se van a oponer y a chocar en este caso criminal.
Un sentido del deber no coincidente, les llevó a enfrentarse en su momento cuando ambos estaban al servicio de la patria, el policía, más joven, fue alumno del militar mientras estaba en el ejército y además se reveló contra él por no cumplir unas órdenes que creía absurdas o que iban en contra de su deber, lo que agria más la cuestión a resolver.
El sentido del honor continúa arraigado en el militar, que trata de devolver un favor a un compañero al que prácticamente le debe la vida.
Para complicar más las cosas están por medio los amores de Jay Austin con Donna Caldwell, la hija del oficial.
En este caso no se trata de una cinta policiaca más al uso, sino que también tiene cabida en ella el amor, la pasión, el humor y un cierto romanticismo.
Ambos protagonistas quieren dar caza al asesino pero les mueven intereses muy distintos.
El argumento salpica la acción con una persecución de inicio y un tiroteo al final para dar más emoción a la intrigante trama.
Peter Hyam sabe darle movilidad y ritmo a la acción que entremezcla con el otro aspecto, el de los amores del policía.
En este sentido la películaa da cabida también a otro tipo de público que gusta de esta clase de historias.
Tiene un buen trabajo en general destacando los tres actores principales Sean Connery, Mark Harmon y Mag Ryan, junto con el veterano Jack Warden.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE