|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Cuenta la historia de Paulette Van Der Beck y Robert, su marido, que tienen en Alsacia una escuela para educar a las jóvenes casaderas y convertirlas en buenas y abnegadas amas de casa, en la Francia de 1967.
Su misión es formar a muchachas adolescentes para que se conviertan en las esposas perfectas, enseñándoles todos los quehaceres de la casa, su sometimiento y sumisión a su marido al que tienen la obligación de obedecer y hacer feliz, lo que da idea de lo que era la misión de la mujer en aquellos tiempos.
Para ello tienen que cumplir diez reglas con las que obtendrán el fin deseado con las que algunas de las alumnas no están muy de acuerdo.
Tras la súbita muerte de Robert, su marido, Paulette descubre que la escuela está al borde de la ruina, ya que éste se ha gastado todo el dinero en apuestas en las carreras y juegos de azar, teniendo que asumir su responsabilidad y buscar la solución para que la escuela no desaparezca.
Lo que empieza enseñando esas reglas ya arcaicas y pasadas de moda, con la llegada del revolucionario mayo de 1968 comienza a cuestionarse sus enseñanzas.
En una visita a su primer amor, el viudo André Grunvald, un banquero que le promete darle un crédito y sacarla del apuro económico y con la ayuda de Gilbert, su cuñada, la excéntrica hermana de Robert, y la estricta monja Marie-Thérèse con un fuerte carácter, Paulette une sus fuerza con las alumnas para superar su estado de represión y convertirse en mujeres liberadas, aprovechando el aire de la revolución y la modernidad que se vive en la capital.
Es una sátira sobre la igualdad de géneros que expone la evolución que sufrió la sociedad de aquellos tiempos con el aire fresco que llegó pidiendo la igualdad de sexos.
El film tiene algunas escenas rodadas en blanco y negro que pertenecen a la grabación de un programa de televisión al que se presenta la escuela para ganar un concurso que premian con una lavadora moderna automática, que muy bien se podría haber suprimido con lo cual se aligeraría el metraje y no se perdería nada con ello.
En el director de esta película Martin Provost se nota una cierta tendencia a tratar temas femeninos como lo denuncian los títulos de sus cintas anteriores El vientre de Juliette (2003) Séraphine (2008), Violette (2013), Dos mujeres (2017) que llega al límite en este caso, en el que vuelca sus propias experiencias vividas en el hogar de sus padres, en el que la mujer es mayoritaria en todas las escenas y apenas aparecen dos hombres, el marido y el amante, en papeles secundarios en toda la trama.
En este sentido tiene a tres mujeres a la cabeza del reparto, la prestigiosa y oscarizada Juliette Binoche, la divertida Yolande Moreau y la severa Noémie Lvovsky que interpretan respectivamente a la directora de la escuela, a la hermana de su marido y a la monja que las ayuda en las tareas de la enseñanza.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CLIPS
CÓMO SE HIZO