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CRITICA
Por: PACO CASADO
En los años 30 y 40, la comedia norteamericana fue uno de los géneros que más se prodigaron y tal vez por ello consiguió que en su seno se formaran maestros como Ernst Lubitch, Frank Capra o King Vidor, entre otros.
En los años 50 y 60 vino otra generación de directores que secundaron a los grandes maestros lograron que el género siguiera estando a flote, con nombres como los de Vincent Minnelli, Stanley Donen, Blake Edwards, Richard Quine, etc.
Desde esa época a nuestros días, la comedia norteamericana ha descendido bastantes enteros en su cotización artística y en cuanto al logro de producciones brillantes y conseguidas, llenas de inteligencia y humor que sitúen nuevamente al género a la altura que alcanzó y que realmente le corresponde por méritos propios, pero escasean bastante quienes puedan volver a hacerlo nuevamente.
De vez en cuando surge algún que otro nombre que lo intenta aunque no llegue a la altura de los que hemos citado anteriormente.
En ese peldaño del intento podríamos situar el caso de esta película, 'Arthur, el soltero de oro' (1981) y a su director Steve Gordon, procedente del campo de la televisión, que hace su debut en el largometraje para el cine con esta entretenida comedia, que se apoya fundamentalmente en el cínico personaje de Arthur, creado especialmente para el actor Dudley Moore, que destacó a raíz de interpretar el film de Blake Edward, 10, la mujer perfecta (1979) y cuya fama se ha aprovechado ahora para intervenir en esta nueva cinta.
Arthur Bach es hijo de un multimillonario, es un playboy, bajito y borrachín, es feliz, sin pretensiones y sin ninguna ambición, pero se encuentra en un conflicto familiar, ya que lo quieren casar con Susan Johnson, una muchacha bonita y adinerada, a la que no ama, para que haga de él algo que la familia espera, pero se empeña, a pesar de la amenaza de desheredarle de una fortuna de más de 750 millones de dólares, en hacerlo con Linda Marolla, una joven ordinaria, una pobre camarera sin dinero, pero muy simpática y agradable.
Su tipo es realmente estrafalario, soltero y rico y la única condición para no dejar de serlo - lo segundo - es claudicar ante sus deseos amorosos, por lo que finalmente tendrá que decidir si elegir entre el amor o el dinero.
Se trata de un divertido y moderno romance protagonizado por la Cenicienta y el Príncipe, pero esa historia clásica de cuento de hadas, se ha trasladado a la actualidad.
El tema no es nuevo, ni nada original, los chistes son verbales eminentemente, con una música alegre que ilustra bien la comedia, estando mejor definido el personaje de Hobson, el mayordomo que interpreta estupendamente Sir John Gielgud, que resulta extraordinariamente conmovedor y divertido, actor por cuyo trabajo ganó el Oscar en esta ocasión como intérprete de reparto e igualmente lo obtuvo Burt Bacharach por Best that you can do, a la mejor canción.
Globo de oro a la mejor comedia, Dudley Moore, John Gielgud y la canción. Premio a John Gielgud de la American Movie, de los críticos de Los Angeles y los de Nueva York. Premio de los guionistas norteamericanos a Steve Gordon por este guion.
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