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CRITICA
Por: PACO CASADO
Los estudios de Walt Disney siguen produciendo películas para los pequeños espectadores, aunque a veces éstas también gustan y distraen a los mayores.
En esta ocasión se trata de ponerse al día siguiendo la moda imperante de la ciencia ficción, pero al mismo tiempo conservando los límites y las características de los films de la casa: el empleo de los animales, los efectos especiales, la comicidad y todo ello puesto a la altura de la comprensión de las mentes infantiles, que se dan cita para ver esta nueva cinta.
El esquema del comienzo es similar al de Encuentros en la tercera fase (1977).
Una nave se posa en la Tierra y de ella sale Jake, un avispado y aventajado gato que habla, piensa y posee unos poderes extraordinarios otorgados a través de su mágico collar.
Tiene que reparar la nave, que está dañada, para poder regresar a su planeta para lo que necesita 120.000 dólares en oro.
Este y otros problemas que dificultan su estancia en la Tierra hacen que, en compañía de un científico y sus amigos, traten de reparar la nave, pero se ven obstaculizados por unos ineptos oficiales del ejército y unos espías extranjeros, lo que da lugar a situaciones divertidas y peripecias inesperadas que distraen y divierten al auditorio infantil y a veces también al adulto.
Los efectos especiales está logrados, dando buena parte de la vida y la sorpresa a la historia.
Su intriga es muy simple, aunque tenga una cierta eficacia, pero se hace lenta en algunos momentos, debido a una dirección de Norman Tokar que está falta de ingenio, que tan sólo tiene algo de soltura, pero por otra parte se ve que tiene que seguir la directrices de la productora.
El desenlace casi se adivina a la mitad de la película y viene dado por el sentimiento del amor.
Un film ameno y distraído para chicos y mayores.
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