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CRITICA
Por: PACO CASADO
Clive Baker ha pasado de ser un escritor cuentos de terror a ejercer como director de cine y su debut lo hace llevando a cabo un relato propio titulado The Helbound Heart, como ya anteriormente lo hicieran también otros colegas suyos, británicos como él.
Cuando Larry, el padre de Kirsty, se muda con Julia, la madrastra de ésta, a su casa de la infancia, la chica y su novio alquilan una habitación cerca de ellos.
Desgraciadamente para todos, la casa de Larry ya estaba ocupada por su hermano Frank, un aventurero que ha comprado una caja oriental con la que convoca a una banda de sádicos demonios que provienen de otra dimensión y desafía con ella a las fuerzas del mal que le destruyen.
Casualmente encuentra en la sangre de su hermano la posibilidad de recuperar nuevamente su cuerpo en compañía o con la ayuda de su cuñada, que había sido antes amante suya, traicionando así a su marido.
La historia parte de una idea que en principio era prometedora.
Lo que en un inicio tenía su interés posteriormente pronto se vulgariza al perder el rigor del relato, volcándose en ofrecernos una y otra vez escenas macabras, mil veces repetidas en multitud de producciones similares anteriores de este género, incluidos los efectos especiales y los de maquillaje.
Todo ello no es más que por una parte, en primer lugar, debido a lo antes apuntado, fruto de su ascendencia literaria, mientras que por otro lado lo segundo es producto de la inexperiencia como realizador al ser la primera película que realiza con la que debuta en el largometraje y además se trata de un film de género como en este caso es el de terror.
La cinta se sumerge en un mundo diferente, el creado por unos seres extraños, los cenobitas que, con su rara apariencia, vuelven para llevarse al protagonista que se les había escapado de entre las manos, que resulta de las cosas más originales, mientras que en el otro platillo de la balanza, y también como consecuencia de su inexperiencia directiva, está la monolítica interpretación de los protagonistas, entre los que resulta algo más flexible y dúctil en el caso de la chica joven, Ashley Laurence, que hace aquí su presentación en el cine.
Clive Donner es otro guionista que se pasa al terreno de la dirección que tras haber hecho dos cortos debuta en el largometraje con 'Hellraiser' (1987) y la verdad es que el debut no ha sido muy afortunado.
Premio a la mejor película de la sección Fear en el Festival de cine fantástico de Avoriaz. Premio de la crítica en el Festival Fantasporto.
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