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CRITICA
Por: PACO CASADO
Estamos ante un film comercial, de corte aventurero, con una trama no demasiado original que parte de un espectacular robo de diamantes para luego ir derivando hacia la típica cinta de bichitos malvados, en este caso, pirañas, caso tampoco nuevo.
El italiano Anthony M. Dawson, veterano en cintas de consumo desde sus comienzos en westerns de Almería con su auténtico nombre de Antonio Margheriti hasta policiacos o dramas pasionales más recientes, se limita a cumplir aquí dando un cierto ritmo a la movida acción.
Su labor es pasable, fallado el largometraje fundamentalmente por su endeblísimo guion, lleno de escenas increíbles y con una acumulación de personajes excesiva, si bien de la docena inicial se van restando muchos,, que sirven de alimento paulatino a las voraces pirañas y a los más voraces guionistas.
Un reparto más brillante de lo usual en este tipo de películas queda como cierto aliciente para el largometraje, así como su buena fotografía, ayudada por los excelentes paisajes naturales del Brasil.
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