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CRITICA
Por: PACO CASADO
La cinematografía italiana ha sido siempre una gran imitadora de los títulos de éxito y de los géneros de moda, sabiendo captar el momento de mayor comercialidad de cada uno de ellos.
Ahora, llegada la ola de cine erótico, éstos están rodando productos de este tipo ya en serie, como anteriormente lo hicieron con las producciones de romanos o los westerns europeos realizados en los paisajes de Italia, de España o Alemania.
De esta manera han lanzado a algunas estrellas con esta película como es el caso de Laura Gemser, como una versión morena de la protagonista de la saga de Emanuelle Negra, y ahora encarnando un nuevo personaje, Eva, que vive similares aventuras y parecidas experiencias eróticas.
En este caso que nos ocupa nos enfrentamos a una historia más bien de corte melodramático en la que nuevamente no pueden faltar los paisajes exóticos orientales para contarnos de manera bastante tópica, adornada con increíbles diálogos y personajes sin vida propia, un argumento en torno a una persona extraña, que actúa acompañada de varias serpientes, animales que son el centro fundamental del argumento de este film.
Judas Carmichel, un rico playboy que vive en Hong Kong, al asistir a un cabaret ve la actuación de Eva, que baila desnuda con una serpiente, animales que son su obsesión, cuyo apartamento está lleno de ellas.
De inmediato se interesa por la chica, la colma de regalos y se la lleva a vivir con él y con sus mascotas para que las cuide, pero las cosas se complican dando un giro inesperado.
Albert Thomas fue el director que inició esta serie de Emanuelle negra con Laura Gemser como protagonista y Joe D'Amato ha sido el encargado de continuarla en los diversos paseos por la geografía de todo el mundo, es ahora este director y con la misma protagonista quien realiza esta 'Eva negra' (1977) que por las características que denota el personaje parece hermana gemela de Emanuelle, únicamente que aquí está acompañada de serpientes y también con la exótica ciudad de Hong Kong como escaparate donde se desarrolla un velado drama en principio del que todo queda al descubierto en los metros finales.
La apenas consistente anécdota argumental no es más que un leve pretexto para ofrecernos la exhibición una serie de números eróticos, generalmente entre mujeres, para deleite del espectador que busca esta clase de escenas de desnudos.
Joe D'Amato dirige torpemente a los actores, con una fotografía de la que él mismo es el responsable, que le ha resultado bastante plana, además de una música vulgar del compositor Piero Umiliani.
Todo ello hace que el logro final sea una película muy endeble, sin interés, e incluso con menos atrevimiento en las escenas eróticas que en otras producciones anteriores de este mismo género, con muestras de que esta clase de films está dando síntomas de un prematuro y rápido agotamiento, cuando en realidad casi diríamos que no ha hecho más que empezar que la censura haya autorizado su exhibición libremente en las pantallas comerciales.
Una vez más Laura Gemser pasea su excelente físico con su atractiva belleza morena y su falta de calidad, casi nula, como actriz, junto a su marido Gabriele Tinti, y en este caso también el veterano actor norteamericano Jack Palance como un añadido al pobre reparto de figuras conocidas, caso de algunas de las actrices rubias con las que practica las ya inevitables escenas de lesbianismo, tópicamente tan repetidas en este género de base erótica, a lo que se añade Hong Kong que presta un poco de su exotismo y misterio al desarrollo de la trama.
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