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CRITICA
Por: PACO CASADO
Se trata de una nueva adaptación del videojuego del mismo nombre creado en 1992 sobre el que ya se hicieron dos películas Mortal Kombat (1995) y Mortal Kombat: Aniquilación (1997) que con esta entrega componen esta saga, que arranca con un preámbulo situado en 1617 con una gran matanza en una aldea nipona.
Acto seguido se nos traslada a la actualidad donde Cole Young (personaje que no pertenece al videojuego), un luchador de artes marciales mixtas, está acostumbrado a perder por dinero, para sacar adelante a su mujer y a su hija.
Desconoce su ascendencia y no sabe porqué lo persigue el emperador Shang Tsung mediante su mejor guerrero, Sub-Zero, que congela todo lo que toca, para matarlo, y es que tiene en el pecho la marca de nacimiento de un dragón y Jax, un comandante de las Fuerzas especiales, que tiene la misma marca, le dice que sólo la poseen los elegidos.
Al tiempo que teme por su familia, Jax le dice que busque a Sonya Blade y los tres se marchan para encontrar el templo de Lord Raiden.
Cuando llegan a él, el anciano le ofrece refugio y allí entrenan con los mejores guerreros, Kano, Liu Kang que lanza bolas de fuego, Kung Lao con su mortal sombrero, mientras se preparan para enfrentarse a los enemigos del Mundo exterior en una batalla de alto riesgo en defensa del universo.
A partir de ahí la narración se estanca y prácticamente toda la acción transcurre en el mismo lugar, con algunas escenas en los metros finales en la casa de la familia de Cole Young.
El primero será también el escenario en el que el grupo se enfrente a los muchos enemigos que constantemente le hostigan mandados por el emperador de los que, como es previsible, siempre salen victoriosos sin que se produzca ninguna baja entre ellos en las innumerables luchas cuerpo a cuerpo que se suceden sin dar respiro al espectador cada diez minutos aproximadamente, lo que teniendo en cuenta las casi dos horas pueden echar la cuenta.
En la parte final entra en juego también la fantasía de un dragón contra el que luchar e incluso un personaje que regresa del infierno para tomarse venganza para hacer la historia más increíble e insoportable si no se gusta de tantas peleas marciales que se suceden a un ritmo endiablado, en un montaje en corto para darle más ritmo, pero al que goce con ello se lo pasará pipa con tantas escenas con coreografías violentas y llenas de acción.
El guion sin apenas historia, con diálogos vulgares, algo farragoso, con tantos personajes y luchas, no obstante los conocedores del videojuego no se perderán durante la caótica narración.
Acción, fantasía y multitud de encuentros de artes marciales se dan cita en la adaptación al cine de esta nueva versión del popular videojuego que habla del trabajo en equipo en una lucha entre el bien y el mal por la conquista del universo.
¿Les suena?.
Más que hablar de interpretación pensamos que la mayoría de los actores serán profesionales de esta clase de lucha ya que todos intervienen en las interminables peleas cuerpo a cuerpo.
Cinematográficamente da poca calidad esta producción dirigida por el cineasta australiano Simon McQuoid, que procede de los spots publicitarios, que tras dirigir un corto en video debuta en el largometraje con esta película.
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