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CRITICA
Por: PACO CASADO
En publicidad no hay nada peor que decir una mentira.
El público cuando lo descubre se siente engañado y a veces diríamos que hasta estafado.
Con esta película ocurre algo de ello.
Un gran sector de los espectadores acude a ver a una estrella como en este caso Ursula Andress, sobre la cual se ha basado la publicidad al situarla en la cabecera del reparto, porque bien saben los exhibidores que es un buen reclamo para que el público pique inocentemente.
Ciertamente este film parece concebido bajo el mito de esta actriz, amparándose en la fama que obtuvo en su momento Ursula Andress en el lanzamiento de aquel primer film del Agente 007 contra el doctor No en el que salía del mar con aquel espléndido bikini blanco que causó una gran sensación entre los espectadores.
Pero aquí, debido a su corto papel, se ha usado más bien diríamos, de figurante más que de actriz principal protagonista.
Este truco, que podía ser un aliciente de tipo espectacular, tiene poca pólvora.
Aquí se cuenta la historia de un hombre que hace autostop que es recogido por una bella mujer y cuando llega a un pequeño pueblo se ve envuelto en un complicado asunto.
Tiene una aventura con Marsha Wilson la guapa local que está casada y suele engañar con frecuencia a su marido que cada vez está más paranoico.
Tras un grave suceso el sheriff, debido a un chantaje, culpa a nuestro protagonista en lugar de a los verdaderos asesinos.
Es una historia demasiado básica que se desarrolla en parte en los lugares áridos del desierto.
Casi podríamos decir que esta cinta no tiene aliciente alguno, porque su corta trama estamos además hartos de verla.
Si en algún momento inicia una cierta crítica social de un sector de la sociedad norteamericana, la abandona rápidamente para continuar con la rutinaria persecución.
El guion nos parece que es demasiado endeble, quizás porque entre otras cosas tenía pocos elementos argumentales de base, cuestión que se podía haber remediado con una realización mucho más inteligente de Marc Lawrence en esta su ópera prima, ya que cae en el aburrimiento creador.
Lawrence es fundamentalmente actor con una extensa filmografía de más de doscientos títulos que tras realizar varios episodios de series de televisión ha querido probar suerte también en el cine en esta ocasión, pero el resultado no ha sido muy satisfactorio que digamos.
Posee una bonita música de Paul Glass y algunos bellos encuadres en la fotografía de Bill Butler que usa bien el color.
Si a alguien hubiera de destacar del apartado interpretativo nos inclinaríamos por el impulsivo Aldo Ray y el veterano Arthur O'Connell.
Una película que no llega a ser pesada debido a su corta duración, quedándose simplemente en pesadita.
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