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CRITICA
Por: PACO CASADO
El clan familiar Wayans sigue haciendo de las suyas, ya que no se limita a parodiar el cine de terror como hicieron en las dos entregas de 'Scary Movie', sino que ahora se adentran en la comedia rosa sobre niñas pijas.
Marcus y Kevin, dos ambiciosos y desafortunados agentes afroamericanos del FBI, que suman un desastre tras otro en cada caso que tocan, le es encargado proteger a las rubias hermanas Brittany y Tiffany Wilson, durante un fin de semana, de un pretendido secuestro en una convención de la revista Hamptons, en su exclusivo complejo y de paso investigar una ola de secuestros que se está produciendo.
Mientras preparan su actuación en el mayor acontecimiento social del año, descubren que irrumpir en la alta sociedad es mucho más duro de lo que ellos creían.
Para más seguridad se hacen pasar por las exigentes divas y en el transcurso del evento tratarán de capturar a los raptores y mejorar su reputación ante el jefe del departamento, mientras ellas permanecen alojadas en un lujoso hotel de Nueva York.
Así podrán comprobar lo difícil que es ese mundillo de los famosos.
Comedia que explora una vieja fórmula, pero con una vuelta más de tuerca, ya que los travestidos de chicas blancas en este caso son dos afroamericanos.
En la comedia se admiten muchas cosas convencionales y en el tema de los travestis hay una obra maestra, Con faldas y a lo loco (1959), pero querer que nos traguemos que dos negratas pueden hacerse pasar por dos rubias pijas y blancas de la alta sociedad, es tan absurdo como querer hacernos comulgar con ruedas de molino.
Si a eso se le añaden las escenas más escatológicas, los consabidos equívocos en los servicios y probadores femeninos así como otras lindezas, podrán tener una de las películas más malas de la temporada.
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