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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta película nos recuerda a Alfred Hitchcock por dos motivos: por la casa, que nos trae a la memoria la mansión de Psicosis (1960), y por el suspense que extrae de algo tan cotidiano como es alquilar una vivienda y la situación límite a que llegan los dueños de la misma al meterse por sus puertas el nuevo inquilino. Drake y Patty forman una pareja que compran la casa de sus sueños en la ciudad de San Francisco.
Para hacer frente al pago de la hipoteca, deciden alquilar el primer piso de su casa, dividido en dos apartamentos.
Los inquilinos serán, en uno, un encantador matrimonio, y en el otro Carter Hayes, un hombre educado y de buenos modales.
lo que empieza siendo un sueño acaba convirtiéndose en una gran pesadilla cuando Carter se niega a pagara el alquiler e incluso se atrinchera en el piso, amparándose en una leyes que siempre están a favor del alquilado.
Aunque en algún momento nos pudiera parecer increíble no es así, ya que es algo parecido a lo que le ocurrió al guionista del film, Daniel Pyne, de donde sacó la experiencia para escribir el guion y extraer algunas situaciones de la propia realidad, aunque lógicamente novelizando la trama e inventando algo más para que la historia tuviera un poco de más emoción y bastante más de suspense.
El argumento es realmente angustioso, ya que lo que comienza siendo un sueño hecho realidad de una pareja que ha conseguido reunir unos ahorros y ha logrado comprarse una casa, arreglarla y alquilar dos apartamentos para ayudarse a pagarla, se convierte al fin y a la postre en una tremenda pesadilla que está a punto de llevarles a la desesperación más absoluta y a la situación más absurda, pero irreversible, ya que la ley protege en este caso a quien le está haciendo el daño.
El guion delinea perfectamente a los tres personajes centrales que son el objetivo principal de este drama, mientras que otros secundarios quedan más en un segundo término.
Buena dirección del británico John Schlesinger que le gusta cambiar de género con bastante frecuencia que realiza este esquizofrénico thriller, basado en hechos reales, que se mueve entre el terror puro y duro y el psicológico, sin acabar de decidirse por ninguno de los dos modelos.
Para protagonizarlo contó con un trío de estrella del cine norteamericano: Matthew Modine, Michael Keaton y una Melanie Griffith que aún tiene fresco su gran éxito obtenido con Armas de mujer (1988), y que aquí comparte reparto con su madre en la vida real, Tippi Hedren, por segunda vez en su carrera.
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