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CRITICA
Por: PACO CASADO
Sin paliativos. Ya tenemos una muy firme candidata a la peor película del año. Seguro que estará en los razzies de la próxima edición.
Ahora al parecer todo el mundo quiere hacer cine, hasta los cantantes o los hijos de famosos, como es este el caso de Jesse Dylan, que no tiene más crédito que el de ser hijo del famoso Bob Dyland, quien elige a dos raperos como Method y Redman para incorporar a unos colegas que cultivan hierba en casa.
Silas se gana la vida como curandero y su amigo Ivory le recomienda que vaya a estudiar medicina a la universidad. Un día Ivory muere en un accidente y Silas entierra las cenizas en una maceta de marihuana que al fumarla le dota de poderes especiales y entra en la Universidad de Harvard, nada menos, sin dar golpe.
El film tiene todos los peores y más insufribles tópicos y situaciones de las comedias juveniles de colegios, con chistes sin la menor gracia y con dos actores como pocos se habrán visto peores que ellos.
La cinta, que resulta una gamberrada demencial y reiterativa, es de lo más aburrida que se haya contemplado en mucho tiempo. Más les hubiera valido al guionista y director que se fumaran un canuto de tan milagrosa "maría" a ver si se les ocurría algo mejor que este petardo. Seguimos sin explicarnos por qué se importan semejantes engendros.
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