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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cada nueva producción del agente británico 007 James Bond, y van doce, se espera con gran ansiedad, ya que una cosa es segura, que aporta espectáculo y diversión.
El ideal personaje creado por Ian Fleming sigue teniendo cuerda, ya sea basándose en las novelas o en los argumentos de nuevas aventuras creadas por los guionistas expresamente para la gran pantalla.
'Sólo para sus ojos' (1981) es la quinta película en la que Roger Moore incorpora al agente 007.
La trama gira en torno a un barco-espía británico que se hunde en aguas del mar Jónico, cerca de la costa griega.
Para localizar el barco es designado un famoso arqueólogo y antiguo miembro de la Marina Real, quien en unión de su esposa deberá encontrarlo y salvar un dispositivo secreto que envía las órdenes del Mando inglés a los submarinos, conocido en clave como ATAC.
Pero éstos morirán a manos de un cubano que transporta hasta el lugar a la hija del matrimonio, Melina.
Será entonces cuando entre en contacto con OO7, que deberá descubrir al asesino y la mano que le pagó para hacerlo.
Pero a Bond se le adelanta la bella Melina, que quiere vengar a sus padres, y es a partir de ese momento cuando juntan los esfuerzos en la misma labor.
Este es el motivo que pone de nuevo en marcha al agente inglés, lo que le llevará a Cortina d'Ampezzo y Grecia pasando brevemente por Madrid y en cada uno de estos lugares les esperan las consabidas persecuciones, ya sea en coche, helicóptero, en la nieve o sobre y bajo el agua.
Hay que anotar que si bien los últimos films han perdido algo en violencia y erotismo, sin embargo han ganado en aventuras, en dinamismo, en intriga y en emociones, con los consabidos aparatos creados expresamente para él y siempre al servicio de la ley.
Una chica, cuyos padres han sido víctimas de los asesinos, se le une en la tarea.
La espectacularidad continua, aunque tal vez en esta ocasión sea en menor escala que en otras cintas anteriores, pero de lo que no caba duda es de que el interés no decae en ningún momento y hasta el humor hace presencia en ocasiones.
Anotemos también el cambio en la dirección, encargada a John Glen, antiguo montador y director de la segunda unidad, en varias películas precedentes de la serie por lo que éstas no les son desconocidas y ha cubierto bien su papel.
En el apartado de la interpretación Roger Moore sigue en su misma línea, teniendo a su lado a la canadiense Carole Bouquet que con su serena belleza morena da bien el papel de mujer griega junto al veterano Topol.
Buenos y espectaculares efectos especiales y bien construidas las escenas de las persecuciones.
No hay que olvidar que el propio John Glen fue el encargado de dirigir algunas secuencias de este tipo en varios films anteriores, siendo éste su ópera prima como director.
La música esta vez ha sido encargada a Bill Conti, compositor mucho más suave, que en tan sólo una ocasión de forma leve y dulce utiliza el tema central del personaje, saliendo el resto de la inspiración del compositor.
Sheena Easton se encarga de interpretar la canción de los títulos de crédito, diseñados como siempre por Maurice Binder.
En definitiva un lujoso y entretenido pasatiempo, típico film de aventuras que dosifica bien los momentos de interés que por supuesto nunca defrauda al respetable.
Nominada al Globo de oro y al Oscar la música de Bill Conti. Premio Ascap a la música. Premio Golden Screen Germany.
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