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CRITICA
Por: PACO CASADO
Toda serie cinematográfica tiene sus imitadores y de ello se podrían citar múltiples ejemplos, sobre todo si la serie resulta comercial, le salen más seguidores todavía.
Es lo que ha ocurrido con el Agente secreto 007.
Desgraciadamente ocurre siempre que los productos de los imitadores son siempre superiores en número a los originales, pero no ocurre lo mismo con la calidad de los mismos.
Al buen estilo y originalidad de las películas interpretadas por Sean Connery como 007, con una base novelística muy válida de Ian Fleming, han respondido otras cinematografías con subproductos ingenuos y tributarios de las novelas de kiosco que por lo general están faltos de originalidad.
Por lo general se respetan en ellos las reglas del juego como son la violencia, los crímenes, la intriga, las aventuras y las escenas de sexo.
Pero todo es amañado, resultándonos demasiado visto, viejo, caduco y algo aburrido.
Al agente 077 se le encarga la búsqueda y destrucción para recuperar una bomba nuclear de un sindicato del crimen radical llamado Black Lily
En esta coproducción por partida triple en la que se alterna veteranos y jóvenes encontramos un director con oficio como Terence Hathaway, nombre bajo el que se esconde el italiano Sergio Grieco, con una interpretación bastante vulgar en contraste con una excelente música de Angelo Francesco Lavagnino y una fotografía de Juan Julio Baena que no está a la altura que nos tiene acostumbrados, ya que es nuestro mejor director de fotografía en blanco y negro y en cambio es un desafortunado iluminador de films en color.
Lo que falla en esta cintas es el guion, como si los autores hubieran tomado un patrón y sin salirse de él han compuesto una historia desflecada, procurando imitar la receta sin preocuparse de que resulte verosímil.
'La muerte espera en Atenas' (1966) es la respuesta europea a las películas de James Bond de los años 60 lo que hace a este título de obligada visita para los espectadores entusiastas de los films de espionaje, los artilugios geniales, la chica guapas, los lugares exóticos y criminales inteligentes.
Pero es una película sin historia que se olvidará pronto dentro del cúmulo de títulos estrenados a lo largo de toda la temporada, que posiblemente dará dinero en la taquilla y quizás sirva para que alguna productora francesa o italiana (no tememos esperanza en la española) haga con el producto recaudado una cinta de calidad de esas que los públicos no entienden por ser demasiado sutiles o muy profundas en su contenido.
Si el mundo fuera como nos lo presentan los títulos de este género, estamos seguros de que hace tiempo que ya hubiéramos saltado por los aires.
Es tanta la ingenuidad y la inconsistencia que nos quedamos helados al contemplar historias como la presente.
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