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CRITICA
Por: PACO CASADO
En la mayoría de las cinematografías del mundo, especialmente la norteamericana, y principalmente en las europeas, sigue la moda de las segundas parte de títulos de éxito anteriores.
'Borsalino y Cia.' (1974) comienza justamente con las mismas imágenes con las que terminaba Borsalino (1969), primera parte.
Para ello se ha contratado al mismo director y al actor principal y se ha montado una nueva aventura del mismo personaje, ya conocido del público.
De esta manera se inscribe claramente en la corriente que se ha impuesto de moda desde hace unos años a esta parte en el cine mundial de hacer segundas entregas cuando la primera ha marchado bien comercialmente constituyendo un ruidoso éxito en la taquilla, como así ocurrió en este caso.
Por otro lado se acoge también a esa otra moda retro en la que se recrean ambientes del pasado, como en esta ocasión se hace una perfecta reconstrucción en decorados, vestuarios, coches, etc. de la ciudad de Marsella de los bajos fondo, o de las fiestas cosmopolitas que se llevaban a cabo al principio de los años treinta en que se desarrolla la acción de este film.
La cinta está constituida en su temática por la venganza llevada a término por Roch Siffreddi contra los asesinos de su amigo y socio François Capella que en la primera entrega incorporaba Jean-Paul Belmondo y junto llegaron a la cumbre del crimen en Marsella.
El asesinato fue ordenado por Giovanni Volpone recién integrado en la ciudad con la idea de hacerse con el dominio de ella.
Para el planteamiento de esta segunda parte se ha buscado un cambio de estilo y un enfoque distinto, olvidándose del tono de comedia de aquella otra y ahora se ha preferido un enfoque más dramático.
Hay aquí una clara inspiración en el cine americano de este género, con el clásico enfrentamiento entre gángsters, con la conquista de la ciudad por el hampa, en este caso Marsella, con momentos tensos y otros dramáticos que no acaban de funcionar, resultando lenta en ocasiones y con un bache en la parte central.
Toda la película gira en torno a los avatares que ha de sufrir el protagonista hasta lograr su propósito, sucediéndose así las luchas y tiroteos entre las bandas rivales que se van eliminando entre sí hasta conseguir su propósito con el brutal asesinato en la locomotora al término del film, donde después de los créditos finales, una voz en off nos anuncia la vuelta de Borsalino, lo que quiere decir que continuará próximamente la serie.
Se trata de una cinta más del género de gángsters, realizada de forma más seria que la anterior, faltando aquí el tono de comedia que en la otra tenía el personaje de Jean-Paul Belmondo.
Alain Delon nos repite de nuevo el papel grave y serio, ampliamente aprendido en las películas que interpretara para el ya desaparecido Jean-Pierre Melville, aunque en este caso está bajo la dirección de un realizador muy distinto como es Jacques Deray, lo que denota la diferencia.
Claude Bolling repite en la composición de la música para la banda sonora en la que vuelve a incluir el acertado y conocido tema de Borsalino.
Correcto trabajo de los actores, buen color en la fotografía y ambientación de la época.
Finalmente es un film de acción entretenido que nos hace añorar al anterior, aunque cumpla correctamente con su cometido.
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