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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cuando una producción tiene éxito pronto surge una secuela y eso es lo que ha ocurrido con Una familia Feliz (2017) de la que ahora nos llega esta segunda aventura, 'Una familia Feliz 2' (2021).
Para liberar a Baba Yaga y Renfield de las manos de la cazadora de monstruos Mila Starr, la familia Wishbone, compuesta por Emma, Frank, Fay y Max se transforma una vez más en una vampira, el monstruo Frankenstein, la momia y el hombre lobo.
Con la ayuda e instigada por sus tres murciélagos mascotas, nuestra Familia Monstruo, como es su título original, vuelve a defender y salvar a sus amigos, hacer nuevos conocidos monstruosos y finalmente darse cuenta de que nadie es perfecto, incluidos ellos, que aún con sus defectos pueden encontrar la felicidad, lo que no es malo, ni un impedimento para quererse y ser felices.
La acción comienza con Max haciendo experimentos en su laboratorio mientras sus padres se preparan para ir a la boda de Baba Yaga.
Una vez en la iglesia aparece Mila Starr para capturar a la pareja, por orden de su padre, para completar su colección de monstruos, y a continuación la manda a Escocia a capturar al del Lago Ness, al Himalaya al Yety y finalmente a King Kong a la isla de Bora Bora.
Mientras tanto Max, convertido en hombre lobo, tratará de salvarlos y convencer a Mila, de la que se ha enamorado, que no está bien lo que está haciendo y que pregunte a sus padres para qué los quiere, ya que la están engañando.
Resulta un guion bastante elaborado y lleno de buenas ideas en el que vuelven los personajes creados por el escritor David Safier, el confeccionado por éste y Abraham Katz para ser una película de dibujos animados con una trepidante aventura en la que de paso se nos da el mensaje de que tenemos que admitir nuestros defectos y aprender de los errores y lo importante es ser feliz siendo uno mismo, que se entiende que va dirigida a los niños, pero también le puede servir de lección a los adultos.
Por otra parte hay un derroche de imaginación a la hora de diseñar los decorados y los efectos especiales.
Tiene un montaje demasiado rápido en los comienzos, sobre todo en la carrera del coche que los lleva a la boda, que no da buen ejemplo saltándose los semáforos.
De nuevo el cineasta germano Holger Tappe se pone a los mando para dirigir esta secuela como ya lo hizo con la primera, tras la experiencia de haber realizado En busca de la piedra mágica (2004) y Rebelión en la isla (2006) siendo este el sexto largometraje de su filmografía que ha hecho con bastante acierto para pasar un buen rato toda la familia.
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