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CRITICA
Por: PACO CASADO
Es de agradecer que las producciones de ciencia ficción o de cine fantástico no siempre se desarrollen en el espacio, sino que de vez en cuando sea en el seno de un drama que tiene lugar en una familia, como ocurre en 'Lamb', (2021), la película que llamó la atención en el Festival de Cannes, triunfó en el de Sitges, pasó por el certamen de cine europeo de Sevilla y ha sido designada por Islandia como candidata al Oscar al mejor film en habla no inglesa.
En ella se cuenta la historia de una pareja, compuesta por Ingvar y María, que vive en una absoluta soledad en una casa aislada en el campo, en una granja rural, entre las áridas montañas, en Islandia, sin hijos, dedicada a sus quehaceres domésticos habituales y de trabajo, como cuidar del ganado, atender a los partos de las ovejas y hacer la siembra.
Su felicidad sería completa si pudieran tener descendencia, por lo que María está triste, pero ante esta imposibilidad, ella adopta a un corderito recién nacido y lo trata como si fuera su bebé, en una situación absurda.
Un día recibe la visita inesperada de Pétur, el hermano de Ingvar, que se ha quedado sin trabajo, que le hace ver que aquel ser, al que toman como su hija, no es una persona humana, pero con el tiempo él lo admite porque ve que eso les hace felices.
Pero esa felicidad no llegará finalmente a buen término.
El film trata sobre el irrefrenable deseo de una mujer de ser madre, sin poder tener hijos, mientras que otros la toman como una analogía de la Navidad.
Hay quien la interpreta sobre el tema de las familias rotas, disfuncionales y como un tratado sobre la maternidad, la angustia y la soledad.
Es una especie de cuento o fábula de fantasía o ciencia ficción cuyo argumento y guion está escrito a cuatro manos, contado en tres capítulos, por el propio director Valdimar Jóhannsson y el poeta, novelista y guionista que firma como Sjón, que empieza con un tono de comedia, en la que apenas si hay diálogos y poco a poco se va tornando en un drama con una serie de quiebros y giros que van sorprendiendo al espectador a cada paso que da la narración.
Es una película hecha con pocos medios, con apenas cuatro actores, la pareja, el hermano y el extraño ser con el cuerpo de una niña y la cabeza de una oveja, en un decorado casi único.
Tienen todos una actuación realista, sencilla, cargando más parte en la sueca Noomi Rapace dentro del drama que finalmente se les viene encima y en el que apenas si pasa nada extraordinario, pero mantiene fácilmente la atención del espectador por su originalidad y por saber finalmente que ocurrirá en el desenlace, tan insospechado como sorprendente, e inesperado.
Tienen una gran importancia los efectos visuales que le dan una gran naturalidad a la actuación de Ada, que es el nombre que María le pone a su "bebé".
Se trata de la ópera prima como director del cineasta islandés Valdimar Jóhannsson, con una realización austera y sencilla, con una puesta en imagen realista, siguiendo las enseñanzas de su maestro Béla Tarr, que aquí actúa como productor ejecutivo, en la que deja actuar a los actores en unas interpretaciones sin complicaciones.
Tiene una interesante fotografía que realza el paisaje y acentúa el drama con algunos encuadres de primeros planos.
Premio a la originalidad en la sección Una cierta mirada del Festival de Cannes. Premio European Film a los efectos visuales. Mejor actriz Noomi Rapace y Premio ciudadano Kane como director revelación a Valdimar Jóhansson en Sitges. Mención especial en el Festival de Strabourg. Mejor cinta en el Festival de Trieste.
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