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CRITICA
Por: PACO CASADO
De vez en cuando se produce el milagro cinematográfico y de alguna manera el pez pequeño se come al mayor.
Estas ya millonarias tortugas fueron creadas en un comic ideado por Peter Laird y Kevin Eastman en el año 1984.
Pasaron sus apuros para poder publicarlo, pero pronto le salieron compradores haciéndose populares los susodichos quelonios, creándose una serie de dibujos animados para la televisión que se pasaron en varias cadenas.
Los autores rechazaron diversos proyectos cinematográficos y las grandes productores no creyeron en el posible éxito que pudiera tener el producto.
Tuvo que ser Raymond Chow, el productor que fue el descubridor de Bruce Lee, quien se decidiera finalmente a apostar por ellas, quizás por aquello de que se parecían mucho a las películas que había producido de su ídolo ya fallecido.
Y el milagro se produjo con la ayuda de Jim Henson (fallecido el pasado 16 de mayo de 1960), habiendo conseguido ya más de 140 millones de dólares cuando tan sólo fue realizada con un modesto presupuesto de unos doce millones de dólares que es una cifra casi ridícula para lo que se maneja hoy en día y consiguiendo batir récord en Estados Unidos a grandes éxitos como los obtenidos por films con 'Ghost' (1990) o 'Pretty Woman' (1990).
La cinta cuenta una historia muy sencilla.
Una rata de cloaca, llamada Spliter, que ha sufrido los efectos de la radioactividad, al igual que los cuatro tortugas, logra conseguir un tamaño humano y aprende a hablar y enseñar a sus pupilos las artes marciales en las que le instruyó su maestro oriental.
Cuando Spliter es secuestrado por un rival de su maestro, los cuatro tortugas ninja, Rafael, Leonardo, Miguel ╡ngel y Donatello, se ponen manos a la aventura para conseguir su rescate en compañía de April, una periodista de la televisión que trabaja en la ciudad de Nueva York.
Con esta leve anécdota como base se trata de plantear el triunfo del pequeño sobre el poderoso.
La película ha sido dirigida por Steve Barron, realizador procedente del mundo del videoclip que debutó con un bonito film 'Sueños eléctricos' (1984) y cuenta como aspecto positivo la creación de Jim Henson, el autor de los Teleñecos, los Fraguel y el largometraje 'Cristal oscuro' (1982), que hizo con éstos sus últimas creaciones.
En el aspecto fílmico no es más que una cinta de karate, puesto al nivel de las mentes infantiles, salpicado de humorismo, que quita importancia a la violencia de los múltiples enfrentamientos que se llevan a cabo en la película, y que logra que se hagan simpáticos los famosos quelonios e incluso un animal tan repugnante como suele ser una rata de cloaca, que posee la sabiduría oriental y se muestra como un personaje amable y hasta agradable, todo ello mérito de Jim Henson, que sabe manejar bien los resortes para que tengan expresividad las famosas tortugas.
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