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CRITICA
Por: PACO CASADO
Una mirada a la vida de Fabietto Schisa, un joven que vive en la agitada Nápoles de la década de los años 80, llena de alegrías inesperadas y de una tragedia.
El guionista y director italiano Paolo Sorrentino, del que recordarán entre sus éxitos Il divo (2008), La gran belleza (2013) o La juventud (2015), nos presenta ahora la historia de este chico para el que le reserva una mezcla de alegría y tristeza devenida por una gran tragedia familiar.
En Fue la mano de Dios (2021) hay lugar para amables sorpresas, como la llegada del legendario futbolista argentino Diego Armando Maradona, que muchos apostaban que nunca dejaría el Barcelona para fichar por el Nápoles por 13 mil millones y el milagro se produjo y resulta que ayudó con sus goles a convertirlo en campeón ese año del escudeto, la liga de primera división del fútbol italiano.
Pero también para Fabietto llega la tragedia cuando sus padres, Saverio y María, mueren dormidos en el sofá en su nueva casa recién estrenada a consecuencia del monóxido de carbono, mientras que él se libra porque ese día se quedó en Nápoles para ir al partido en el que jugaba Maradona y alguien le apunta que fue él quien le libró de la imprevista muerte.
De esa manera el destino interpreta su papel, mezclando los momentos felices como las comidas familiares en las que todos se juntan y se divierten, se gastan bromas, se ríe y se olvidan momentáneamente de las desdichas, mientras termina el verano y el fútbol echa a rodar el balón y Marchino, el hermano de Fabietto, que pretende ser actor, desiste de ello porque no tiene perseverancia.
Sorrentino vuelve a la ciudad que le vio nacer, Nápoles, y donde comenzó su carrera como director en 2001, para contar su historia más personal a través de un guion, firmado por él mismo, en el que posiblemente haya metido muchas de sus vivencias mediante un relato sobre el destino, la familia, el fútbol y el cine, la locura, el amor, la infidelidad y la dolorosa pérdida de los seres más queridos.
Finalmente Fabietto tiene conocimiento de un director de cine, que es lo que él quiere ser, y éste le recomienda que hay que tener siempre algo que contar a los demás, que le llame y juntos podrán montar historias.
El film es como un gran mosaico compuesto por cada uno de los miembros de esta gran familia, en la que caben todos de los que vamos conociendo algo mientras contribuyen a formar una unidad que es ese conjunto de elementos que, cada uno de por sí no nos dice nada, pero que juntos se obtiene la belleza de esta historia en la que se da el amor, el adulterio, la locura, el afán de conseguir algo, la esperanza de que alguien llegue, la celebración del triunfo, se citan películas como Érase una vez en América o directores como Fellini o Zefirelli, el fútbol, el conocimiento del sexo por primera vez, la aventura con Armando un contrabandista que acaba en prisión, etc.
Hay muchas pinceladas en esta historia que nos llevan a pensar que detrás de este Fabietto está el propio Paolo Sorrentino.
A pesar de la longitud del metraje, que sobrepasa las dos horas (aunque 7 minutos son los créditos finales), sin embargo no se hace pesada en ningún momento gracias al gran desfile de personajes y los hechos que les ocurren a cada uno de ellos.
Una vez más encabeza el reparto Toni Servillo que es el actor preferido de Sorrentino.
Nominada a los Globos de oro como mejor cintaa extranjera. Premio del público en el Festival de Newport y numerosos galardones y nominaciones de los festivales y de las asociaciones de críticos norteamericanos.
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