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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras tener ocasión de verla en la Seminci de Valladolid, llega ahora a las carteleras españolas 'Fiebre en la sangre' (1963).
Dentro de la filmografía de este director norteamericano, Delmer Daves, se pueden distinguir tres etapas: una primera en la que como todo buen principiante con ganas de hacer cosas importantes, apuntaba maneras y lo demostró con 'Flecha rota' (1950).
Una segunda en la que se encuentra lo mejor de su producción con algunas obras que ya estaban bastante maduras, caso de 'Jubal' (1956), 'El tren de las 3'10' (1957), 'Cenizas bajo el sol' (1958), 'El árbol del ahorcado' (1959), etc.
Y por fin en el tercer apartado nos encontramos con algunas películas de encargo que lo están echando a perder en los últimos tiempos, tales como 'Parrish' (1961), 'Susan Slade' (1961), etc.
'Fiebre en la sangre' (1963) cabe muy dentro de esta última parte.
Esta es la historia de la familia de Clay Spencer, un hombre trabajador que ama a Olivia, su esposa y a su numerosa familia.
Los Spencer, a pesar de sus graves problemas económicos, viven felices.
Es respetado por sus vecinos y siempre está dispuesto a ayudarlos.
El mayor de sus hijos trabaja en la cantera próxima al pueblo.
Uno de sus hijos se gradúa en estudios superiores y aspira a entrar en la universidad.
Por medio del nuevo pastor consigue una ayuda que le permite ingresar en ella.
Desde hace tres generaciones su familia ha permanecido en el mismo y maravilloso valle.
El espectador conoce los sucesos que corresponden al matrimonio con numerosos hijos, entre los que reina la paz y el cariño.
El despertar del amor en los jóvenes, la honrada ambición de un muchacho que aspira a labrarse su porvenir, el sacrificio de los padres para que ello pueda hacerse una realidad, e incluso los momentos dramáticos, todo está contado y resuelto con sencillez, como sucede en la vida, de modo normal
En ella se puede ver cómo un director que tiene un buen oficio y notable técnica cinematográfica, muestra lo que sabe pero al no tener una base sólida de sustentación, o lo que es lo mismo, un buen guion, hace que su triunfo sea realmente imposible.
El guion no matiza a los personajes, lo coloca en un ambiente y en unas situaciones sensibleras y absurdas para llegar a decirnos, más o menos, en boca de la profesora, que el mundo se aparta para dejar paso a los hombres que saben a donde van.
Podríamos decir que este film es una especie de La gran familia a la americana, salvando las distancias, lógicamente.
Posee una bonita música compuesta por el maestro Max Steiner, una buena fotografía en color que pone de relieve la belleza de
Los escenarios naturales elegidos en los que se desarrolla la acción y una aceptable dirección de Delmer Daves para tratar de salvar un flojo guion.
Henry Fonda junto con la también veterana Maureen O'Hara hacen lo que pueden con sus personajes, interpretados con verismo y exactitud.
Cinta que es todo un recreo para la vista y para el espíritu, cansados ya de tanta truculencia, violencia y conductas desordenadas pero finalmente todo se desarrolla de modo satisfactorio y correcto.
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