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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las cinematografías orientales o exóticas, nos llegan a nuestras carteleras generalmente a través de los festivales cuando éstas obtienen premios, algo que parece que les puede proporcionar a una cierta comercialidad o atractivo, sobre todo para los espectadores más cinéfilos.
Eso viene ocurriendo así desde que la Mostra de cine de Venecia descubrió el cine japonés premiando la producción Rashomon (1950), de Akira Kurosawa, con el León de oro, que posteriormente ganaría también el Oscar y media docena de premios más.
Otro motivo para proyectarse en nuestras salas, últimamente, es el pertenecer al género de terror, a lo que son muy aficionados los espectadores jóvenes que son los que más van al cine.
'The Medium' (2021) proyectada en los Festivales de cine de Cannes y de Sitges, además de la buena taquilla que ha conseguido en los países coproductores, posiblemente haya sido el motivo de su compra para su exhibición en España.
En el género terrorífico se puede situar 'The Medium' (2021) una coproducción entre Corea del Sur y Tailandia que es una historia espantosa sobre la herencia de Nim, una mujer chamán, que vive en la región de Isan, en el norte de Tailandia, que un día recurren a ella porque podía estar poseída un miembro de la familia por algún dios maligno, según sus creencias.
Esta película está filmada como un documental con una constante cámara a mano e interrogando a la protagonista de esa aldea donde ella, que es la médium, cura enfermedades únicamente relacionadas con posesiones y cuestiones procedentes sólo del espíritu, pero no las físicas del cuerpo que sanan los médicos.
Ese don, según cuenta la protagonista, se va transmitiendo de unos miembros a otros de la misma familia y así ella lo heredó de su abuela y ahora trata de aplicarlo para curar a la joven Mink, una de sus sobrinas, que trabaja en una oficina de empleo, que ha comenzado a comportarse de extraña manera, pensando que estaba poseída por la diosa Bayan, pero resulta que debe ser un dios maligno.
Tiene la película muchos lugares comunes, con una narración que se hace confusa, a lo que hay que añadir la cuestión de los nombres casi similares y los rostros de los personajes que mueven a confundirse unos con otros.
Al film le sobran minutos y a la mitad todo se escapa de control, y en el tercio final termina como una cinta de zombis carnívoros.
Lo que tiene de mayor interés es el comienzo con el tema documental sobre el chamanismo y las ceremonias que se realizan sobre este aspecto cuando alguien, en este caso la chica poseída por algo muy diferente al dios que todos esperaban, se convierte en una horrible pesadilla para la familia y para la propia persona que se comporta de manera extraña llegando incluso a matar.
La película termina siendo una de tantas sobre poseídos que muestra algunas costumbres religiosas de esa pequeña localidad de Tailandia.
Destaca la ambientación que mueve a la curiosidad de los espectadores occidentales, pero se esperaba más de este film, que finalmente resulta tedioso, largo, aburrido, con un buen comienzo pero después termina degenerando en lo dicho, en una vulgar producción de zombis, que se ha convertido en la cuarta cinta coreana más taquillera del año 2021.
Premio a la mejor película en el Festival de Bucheon.
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