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CRITICA
Por: PACO CASADO
Últimamente el género del cine de espionaje está un tanto perdido, cosa que no ocurría en otros tiempos cuando se hicieron producciones muy interesantes y por otra parte es poco tratado por el cine español, por lo que llama la atención la llegada a las carteleras de 'Código Emperador' (2021), de Jorge Coira.
Juan es un agente de la policía que trabaja para una unidad especial de los servicios de inteligencia, quien también actúa para otra paralela que investiga a personas que están involucradas en actividades ilegales y negocios sucios.
Una noche simula un atentado sobre Wendy, una asistenta de origen filipino, y él se ofrece a llevarla a la casa de La Moraleja donde trabaja como chica de servicio, estableciendo a partir de ese momento una ficticia relación con ella, lo que le permitirá acceder a los secretos de los dueños, que están implicados en el negocio del tráfico de armas y material nuclear.
El fin de Wendy es hacer dinero y poder volver a su país.
Por otra parte Juan investiga para las élites más poderosas del país, a Ángel González, un político, que no cuenta mucho para su partido, del que deberá rebuscar en su pasado, con la ayuda de Marta, la hija de un amigo que la sacó de la droga.
Está también una periodista a la que le tiene prometida una gran exclusiva y ella le debe algunos favores.
El protagonista tiene una filosofía de vida que comienza a romperse, cuando le surgen serias dudas sobre la ética de lo que está haciendo, ya que no le hace ascos a nada y comienza a preguntarse si a veces el fin justifica los medios y su conciencia también se pregunta si todo ello merece realmente la pena.
Hay un tercer lado en este triángulo de protagonistas y ese es Galán, el jefe de Juan, que va siempre un poco por delante.
La intención de esta película es la de hacer una fotografía de la política de la España actual mediante una historia con carácter de thriller para que sea más llevadera la acción, en lugar de utilizar el formato documental, dándose así cita la lucha entre el bien y el mal, el poder económico, la verdad y la mentira, la desinformación que a veces publica la prensa cuando no se ocupa de confirmar las noticias, el manejo de los políticos, el control de la información, el peligro permanente, las apariencias, los engaños, el chantaje, la mentira y la corrupción en la distribución de los fondos siempre en favor de los poderosos y perjudicando a los más débiles.
Luis Tosar le da cuerpo y personalidad a este protagonista con la indudable profesionalidad que suele aplicar a su trabajo. Junto a él la serenidad de Miguel Rellán y el encanto de Alexandra Masangkay en el personaje de Wendy.
El guion de este film está firmado por Jorge Guerricaechevarría
lo cual es casi una garantía ya que se trata de uno de los mejores guionistas de este país, pero esta vez resulta una trama un tanto complicada, expuesta de una manera difusa en las dos acciones paralelas, lo que hace que en ocasiones el espectador pierda el interés por la resolución final.
Estamos ante el tercer largometraje del cineasta gallego Jorge Coira, tras debutar con 'El año de la garrapata' (2004) al que siguió '18 comidas' (2010), tras proceder del campo del montaje, que resuelve con eficacia manteniendo el interés del espectador.
En definitiva un entretenido thriller para los amantes del género realizado con una cierta dignidad.
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