|
CRITICA
Por: PACO CASADO
En estos momentos estamos siendo invadidos por una gran cantidad de comedias sexuales italianas que inundan nuestro mercado y las salas de exhibición, aprovechando la reciente llegada de la democracia y la desaparición de la tan temida censura.
Casi todas ellas realizadas en los años setenta están cortadas por el mismo patrón e incluso nos atreveríamos a decir que son fabricadas en serie, con personajes más o menos divertidos, ya que no en vano son los mismos nombres los que vemos repetidos, una y otra vez, tanto en las fichas técnicas, como en los rostros que se pueden ver en las pantallas con la finalidad de hacer reír, con los consabidos chistes y gags repetidos cuando no son groseros lo son atrevidos, entremezclados con gratuitos e injustificados desnudos femeninos.
Un trío de residentes de medicina, poco propensos a estudiar, con edades entre los veinte y treinta años, les gusta pasar las tardes haciendo locuras, usando todo tipo de bromas juveniles entre ellos y también gastárselas a los demás.
Finalmente fijan como objetivo una doctora muy reservada que no está por seguirles el juego.
En este caso más que una película con argumento estamos ante un film en el que se dan cita una serie de situaciones con escenas que suceden en un hospital en el que una serie de estudiantes de medicina hacen sus consabidas gamberradas de mal gusto, así como las faenas que gastan a los compañeros y profesores y un largo etc. a través de hora y media aproximadamente que es lo que dura este continuado chiste fílmico.
Una levísima anécdota argumental, con un delgado hilo conductor de los varios compañeros y amiguetes que realizan estas bromas, sirve para sacar adelante esta cinta y hacer que el espectador ría con las diversas payasadas de un flojo guion que se limita a acumular una serie de situaciones y gags, uno tras otro, sin la menor coordinación, unas veces con una cierta gracia, aunque sea de la sal más gorda que exista, mientras que en otras con menos acierto en este sentido.
Las repetidas caras cómicas que estamos ya hartos de ver en las pantallas se repiten una vez más en esta comedia realizada con la única intención de hacer pasar el rato, sin otra ambición que la taquilla, ya que incluso habrá sido barata de presupuesto por los medios empleados y los sueldos de los artistas utilizados para ello que no habrán sido muy exigidos.
Es una especie de continuación de 'La doctora del regimiento' (1976), dirigida por Nando Cicero, perteneciente a la serie de la doctora, en este caso cambiando al ámbito de la medicina, pero sin Edwige Fenech.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
TRÁILER'S
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE