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CRITICA
Por: PACO CASADO
Considerado como un maestro por la crítica internacional desde su etapa del cine mudo, Fritz Lang es un director alemán que ha pasado por muchos avatares y oscilaciones en su carrera.
Una primera en la Alemania pre-nazi y con el advenimiento de Hitler y tras ser perseguido emigró a los Estados Unidos.
Esta película pertenece a la etapa norteamericana del director en buena parte enclavada en el cine negro, en la que se incluyen otros títulos como 'Los sobornados' (1953) o 'La dalia azul' (1953)
'Deseos humanos' (1954) destaca por el gran paso que supone dentro de la obra de Fritz Lang para conseguir la transparencia de su estilo que será característica importante de sus siguientes films.
Está basado en la novela 'La bestia humana', de Émile Zola, en la que se cuenta la historia de Carl Buckley, un veterano de la guerra de Corea que, tras su regreso, vuelve a su antiguo oficio de maquinista ferroviario.
Pero cuando un día teme perder su empleo y pide a Vicky, su esposa, que interceda por él ante John Owens, un personaje rico, poderoso e influyente de la compañía, con el que tuvo relaciones íntimas antes de su matrimonio con Carl.
Cuando éste se entera del precio que su mujer ha tenido que pagar para evitar su despido, asesina al directivo, durante un viaje que éste realiza en tren, complicando así a Vicky en el asesinato.
Al mismo tiempo, otro ferroviario llamado Jeff Warren, se enamora de Vicky, y ésta le hace saber el chantaje a que está siendo sometida por parte de su marido y planean la muerte de Carl, que debe ejecutar Jeff.
Unos años antes el director francés Jean Renoir hizo una estupenda versión titulada igual que la novela, La bestia humana (1938), interpretada por Jean Gabin, Simone Simon y Julien Carette.
Fritz Lang retoma a la pareja que utilizó en 'Los sobornados' (1953), Glenn Ford y Gloria Grahame, aunque no así el estilo de aquella.
De un enorme poder sugerente, es una suma de las más personales tendencias del cine de Fritz Lang en el que la denuncia cede paso a la constatación.
Sus secuencias más violentas están basadas en la elipsis o desarrolladas más allá de los límites del encuadre.
Lo que parece una cinta con un simple argumento policiaco con el sello norteamericano del género de los años 50, está realizada con sencillez y nunca parece que hay un maestro del género detrás como lo era sin ningún lugar a dudas Fritz Lang.
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