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RITICA
Por: PACO CASADO
A veces resulta difícil determinar el género de una película ya que se mezclan varios y se clasifica sin detenerse demasiado en su argumento o bien el espectador se hace idea en ocasiones por lo que ve en el afiche que se ha hecho de la misma.
Eso último es lo que puede ocurrir esta vez con 'Black phone' (2021) de Scott Derrickson.
Aquí lo que se cuenta es la historia del joven estudiante de trece años, algo tímido pero inteligente, Finney Shaw y de su hermana Gwen, que tiene once años, situada la acción en un barrio de Denver en el año 1970.
El primero sufre de bullying por algunos compañeros del instituto que se meten con él, hasta que un día su amigo Robin, un chico de origen mexicano, que ha dado una fuerte paliza a un grandote que se metía con él, sale en su defensa y cesan de acosarle.
Por su parte su hermana Gwen sufre los malos tratos de su alcohólico padre, ya que tiene la facultad de soñar cosas que después coinciden con la realidad, al igual que le ocurría a su madre que se terminó suicidando y por ello su padre le toma manía.
El pueblo se ve asolado por una serie de desapariciones de chicos que son compañeros de Finney y un día también le toca a él, que es secuestrado por un asesino de esos muchachos desaparecidos.
Es encerrado en un sótano a prueba de sonidos.
En ese lugar hay un teléfono negro colgado en la pared y Finney intenta pedir socorro, pero el cable está cortado y no hay señal. Misteriosamente comienza a sonar el timbre y a recibir llamadas desde ese teléfono desconectado, de los chicos compañeros suyos, que han sido las víctimas anteriores del asesino, que les indican en cada momento lo que debe hacer para no terminar muertos como ellos.
Entre tanto la policía entra en contacto con Gwen por si puede darles alguna pista a través de sus sueños para encontrarlos.
Aquí entra un poco la irrealidad en esta historia porque no se llega a justificar nunca cómo se producen esas llamadas de unos chicos que no están vivos a través de un teléfono que no tiene línea y por otra parte hay una ventana que da al exterior casi pegada al techo por lo que Finney no llega, pero alguien puede oírle si grita cuando alguna persona pase cerca.
El film como se ve no tiene nada de terror, más bien de suspense y de tensión en los intentos de escapada del chico protagonista y en saber cómo acabará esta historia.
El guion ha sido extraído de un relato corto de igual título de Joe Hill, el hijo de Stephen King, escrito en 2005, con el que han confeccionado el guion C. Robert Cargill y el propio director Scott Derrickson.
En la media hora inicial vamos conociendo a los personajes y a partir de ahí comienza al interés de la trama, de la que tampoco sabemos los motivos que llevan al asesino de niños a tomar esa actitud delictiva sin motivos aparentes.
Mason Thames es el joven actor debutante sobre el que recae todo el protagonismo de la cinta, ya que se lleva la mayor parte del tiempo en pantalla, y hace un buen trabajo en el que se centra fundamentalmente los dos tercios últimos del metraje.
Por su parte la labor de Ethan Hawks se ve oscurecida todo el tiempo por la máscara que siempre lleva para no ser identificado.
El director argelino Scott Derrickson ya tiene experiencia de haber realizado producciones de este pretendido género, aunque en esos casos con otra temática y más terroríficas como El exorcismo de Emily Rose (2025), con el que comenzó en la dirección de un largometraje para el cine, o Sinister (2012), que le da el ritmo adecuado para que el interés no decaiga.
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