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CRITICA
Por: PACO CASADO
Aunque en este caso esta película estaba hecha antes de que sucediera el atentado del 11 de septiembre en Estados Unidos, no es la primera vez que la realidad supera a la fantasía cinematográfica.
No se le puede achacar, pues, de oportunismo el hecho de que nos presente la lucha de un hombre contra el terrorismo aunque sea guiado por el motivo personal de vengar a los seres queridos que perdió en un atentado, su esposa y su hijo.
En este sentido el cine de aventuras siempre derrocha fantasía, como también ocurre al de ciencia ficción, pero a veces los guionistas se exceden exponiendo acciones poco menos que increíbles, como ocurre en el presente film en el que Gordy Brewer, un capitán de bomberos, tras perder, en un acto terrorista con bomba, a su mujer y a su hijo por muy en buen estado físico en que se encuentre, luche a cuerpo descubierto contra toda una organización terrorista, lo que le lleva hasta Colombia, a la que no ha podido (o no ha querido) vencer el FBI y la CIA juntos.
Sin pensárselo dos veces Gordon se va a la selva colombiana a luchar contra El lobo, terrorista así apodado, que ha atentado contra al embajada de Colombia en Los Angeles y prepara otro ataque con colocación de artefacto explosivo en Washington.
El argumento es previsible desde el inicio y cae en todos los tópicos del cine de aventuras con acciones espectaculares, explosiones y efectos especiales consabidos.
Desde el punto de vista cinematográfico está realizada correctamente por Andrew Davis, con un nítida fotografía y envuelta en espectacular música, pero no es nada creíble. Como cine de aventuras entretiene, si es eso lo que se pretendía.
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