|
CRITICA
Por: PACO CASADO
El elegante cine del director californiano James Ivory (1928), con más de treinta películas en su haber, es el más británico de los directores norteamericanos, que ha estado siempre marcado por la producción de Ismail Merchant y los guiones adaptados por Ruth Prawer Jhabvala de obras literarias, ambientadas en épocas pasadas las mayoría de las veces.
Últimamente parece que había abandonado algunas de estas características y la calidad de su cine había bajado, con películas como 'Sobrevivir a Picasso' (1996), 'Le divorce' (2003), sin conseguir la altura lograda con obras como 'Una habitación con vistas' (1985), 'Regreso a Howard's End' (1992) o 'Lo que queda del día' (1993).
Y es precisamente con su primer guion escrito directamente para el cine, el escritor británico-japonés Kazuo Ishiguro (78 años), el autor de The remains of the days, con el que ha vuelto a recuperar la calidad de su cine de siempre.
Ivory regresa a la dirección cinco años después de 'La copa dorada' (2000) con este romántico drama amoroso último producido por Ismail Merchand antes de su muerte.
La acción está situada en la década de 1930 en Shanghái donde una diplomática norteamericana ciega desarrolla una curiosa relación con una joven refugiada rusa que realiza trabajos ocasionales, a veces ilícitos, para mantener a los miembros de la aristocrática familia de su esposo ya fallecido.
Esta es la historia de Sofia Belinskya una condesa rusa que a la caída de los zares, debido a la revolución Bolchevique, se ha exiliado en Shaghái, donde vive con su hija y su familia a la que alimenta a base de hacer de bailarina y chica de compañía en un cabaret, donde conoce a Todd Jackson un exdiplomático norteamericano ciego del que se enamora, y la contrata para que le lleve el negocio de un lujoso y elegante bar de copas The white countess que acaba de instalar.
Este relato, contiene demasiados elementos dramáticos como para mantener la atención del espectador, aunque un tanto inconexos, está ambientado en 1936, previa a la invasión japonesa de China, lo que alterará el devenir de estos personajes que dejaron atrás su tiempo de esplendor.
Hace un buen uso de la fotografía de Christophe Boyle como lenguaje e igualmente de la música de Richard Robins.
Cuenta en este caso con un gran reparto encabezado por otro de los grandes actores del cine inglés, Ralph Fiennes, rodeado de las hermanas Redgrave, Vanessa y Lynn, a los que saca el máximo partido, pero con una realización algo lenta y a la que falta un poco más de fuerza.
En su banda sonora original se incluyen temas como Mood indigo y fragmentos del Carnaval, de Schuman
El resultado es un largo pero aceptable melodrama a la antigua usanza.
Fueron nominados a los premios Satellite el vestuario y el sonido.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE