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CRITICA
Por: PACO CASADO
Barry Levinson ha encontrado una buena excusa en el libro de Lorenzo Carcaterra para volver a incidir en su tema favorito: la amistad, en este caso de cuatro chavales que después de superar sus complicadas relaciones familiares en el barrio de Nueva York de La cocina del infierno y tras hacer una gamberrada en su infancia terminan en un reformatorio donde son maltratados, sodomizados y ultrajados por sus crueles guardianes.
Tras aquel infierno vivido, trece años después, dos de ellos tomaron el camino de la delincuencia, y se encargaron de matar al sádico carcelero, un tercero se hizo fiscal que trazó un plan para que salieran absueltos y el cuarto periodista, que es el autor del relato en que se basa esta historia.
Este último era Lorenzo Carcaterra que basándose en esos hechos reales, noveliza la trama que Barry Levinson nos cuenta en la pantalla y que prácticamente se podría decir que son dos películas diferentes.
La primera lo antes narrado, la segunda la venganza que de mayores llevan a cabo en connivencia con el párroco del barrio y un capo de la mafia contra el principal causante de sus males.
Posiblemente la parte más interesante y sincera sea la primera, con la historia de los muchachos, mientras que la segunda mitad nos resulta un poco más truculenta, ya que el plan que llevan a cabo para la venganza, es un tanto retorcido en su ejecución, y puesta en práctica para, de paso, denunciar las atrocidades que se comenten en el reformatorio y a sus responsables, y por tanto menos creíble.
De esta forma salvo el sacerdote, el mafioso y el principal guardián que aparecen en ambas mitades, son interpretadas por diferentes actores que hacen de pequeños o mayores según los casos.
Barry Levinson plantea un film bastante sólido, realizado con mucho aplomo, con un tema interesante e incluso polémico, al hacer caer en perjurio a un sacerdote católico por salvar a unos delincuentes, feligreses de su parroquia.
Y por otra parte el triunfo del hecho de tomarse la justicia por su mano a aquellos que llevan a cabo la venganza.
Entre los veteranos actores destacamos la serena presencia de Robert de Niro, la veteranía de Vittorio Gassman o Dustin Hoffman, mientras que entre los más jóvenes situaríamos a Brad Pitt, Jason Patric, Brad Renfro y Minnie Driver entre las chicas.
Una estupenda partitura musical del maestro John Williams, trufada de canciones de los años sesenta, en los que transcurre la acción, completa el cuadro de valores de este interesante film.
Nominada al Oscar la música de John Williams. Premio a Minnie Driver del círculo de críticos de Londres.
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