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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras la prohibición de exhibición de películas de Luis Buñuel y su posterior autorización de éstas en España, quedó una gran cantidad de ellas realizadas en México que no se vieron aquí.
Cuando se crearon las salas de arte y ensayo, se convirtieron en vertedero de oportunidades para conocer un material no visto entre el que se encuentra gran número de las de Buñuel, de la etapa mexicana que interesan al público aficionado al cine, y siendo un material de bajo coste, por poco que de en taquilla resulta rentable.
En su período de más actividad, durante su estancia en México, Luis Buñuel realiza esta producción que acusa las limitaciones propias de unos intérpretes demasiado histriónicos y de unos medios de producción que resultaron ser realmente insuficientes.
Después de diez años de ausencia, el melancólico Alejandro vuelve a la mansión de la colina de su hermana adoptiva Catalina, a quien ama, donde pasó su infancia y adolescencia como un miembro más de la distinguida familia propietaria, ya que siendo hijo de un mozo de cuadra fue adoptado por el dueño de la casa en un gesto del todo inexplicable.
Hijos naturales de este son Catalina y Ricardo.
Alejandro regresa tras haber amasado una fortuna, y ahora viene a saldar cuentas, sobre las vejaciones a las que Ricardo le sometió y a reclamar el amor que sabe que le tuvo a Catalina.
Pero ésta es ya una mujer casada, con el rico y decadente Eduardo, mientras que Ricardo ha caído en la más baja de las degradaciones.
Ni una ni otro podrán darle la respuesta más adecuada a sus respectivas conductas.
Las pasiones imposible y el odio corrosivo, juegan contra el alto y árido chaparral de México.
El resultado es una transcripción en clave puramente dramática de la novela Cumbres borrascosas (Wuthering heights) de Emily Brontë, que únicamente los más entusiastas de Luis Buñuel consideran superior a la versión que años antes había realizado el cine de Hollywood, en ese caso dirigida por William Wyler en el año 1939.
Esta nueva versión a diferencia con la norteamericana, está ambientada en el México actual.
Jorge Mistral e Irasema Dilian componen la destacada pareja romántica de esta historia, y puede verse asimismo a Lilia Prado, la descarada heroína de 'Subida al cielo' (1952).
Estos actores los tenía contratados el productor Oscar Dacinger para un musical que finalmente no se llegó a rodar y se los endosó a Buñuel para este film.
Luis Buñuel utiliza además de la partitura compuesta por Raúl Lavista para la banda sonora, varios fragmentos de Tristán e Isolda, de Ricardo Wagner, para significar el clima lírico, pero en su conjunto la cinta no supera los límites habituales de las producciones de Oscar Dacinger.
El relativo entusiasmo por esta apasionada transposición de la historia de amor no ha encontrado por lo general un excesivo eco dentro de la filmografía del director aragonés nacido en Calanda.
Vista hoy ha perdido muchos de los pocos valores que imaginamos tendría en su día, resultando en esos momentos una película más cómica que otra cosa, a lo que contribuye el acento mexicano y la mala actuación de casi todos los actores.
El trabajo de Luis Buñuel queda así muy diluido en el drama y no logra sacarlo a flote.
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