|
CRITICA
Por: PACO CASADO
George Marshall es uno de los veteranos de Hollywood que más películas tiene en su haber. En su filmografía abundan las películas de acción y también las comedias.
Pero tanto en una como en otras nunca ha llegado a hacer una película lo batante destacada como para que se le reconozca como un maestro. Lo más que llega a hacer es dirigir con corrección cuando no con oficio, y si alguna vez suena la flauta...
Aquí tampoco sonó. Se usa la consabida fórmula de cómico más estrella, ambos con nombre suficiente para rellenar un cartel y atraer la atención de los públicos, que es igual a éxito comercial.
Bob Hope nunca llegó a ser un cómico excelente. Si en algún momento disfrutó del cetro de la comicidad en Hollywood fue porque no había otro. Prueba de ello es que no tardó mucho en abandonarlo, nada más hizo salir a la popularidad Jerry Lewis.
Otra prueba de su baja calidad, sobre todo en los últimos tiempos, es que ha tenido que auxiliarse de una estrella 'boom', llámese Anita Ekberg en "El amo de la selva" o Elke Sommer en "Vaya, me equivoqué de número".
Esta es una cinta que hace reir a ratos con algunos chistes y situaciones típicas de las comedias de enredos, que hace pasar un buen rato si no se busca otra cosa que la evasión.
La película gana en su cuarto de hora final con la secuencia de la persecucion, cosa que no es nueva ya que hemos visto otras mucho mejores.
Otro aliciente es la fría belleza de la Sommer, cuya interpretación se queda en el mismo grado de calor que su físico.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE